El Papa Francisco envió un mensaje este domingo a los participantes de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, en el que pidió “que se escuchen mutuamente” y “escuchen los clamores de los más pobres y olvidados”.
“En una Asamblea el intercambio facilita ‘escuchar’ la voz de Dios hasta escuchar con Él el clamor del pueblo, y escuchar al pueblo hasta respirar en él la voluntad a la que Dios nos llama. Les pido que procuren escucharse mutuamente y escuchar los clamores de nuestros hermanos y hermanas más pobres y olvidados”, pidió el Pontífice.
La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe se realizará del 21 al 28 de noviembre de 2021 en la Ciudad de México, bajo el lema “Todos somos discípulos misioneros en salida”.
En ella participarán unos mil asambleístas, 200 obispos, 200 sacerdotes y diáconos, 200 religiosas y religiosos, 400 laicos y personas que estén en situaciones de exclusión. La mayoría participará de modo virtual, mientras que de forma presencial, serán alrededor de 50 personas en la sede de la Conferencia Episcopal Mexicana.
En su mensaje, el Santo Padre saludó a los participantes “con el deseo de impulsar una Iglesia en salida sinodal” y “reavivar el espíritu de la V Conferencia General del Episcopado de Aparecida, de 2007”.
Luego, reflexionó sobre la importancia de la “escucha”, recordando que el “dinamismo de las asambleas eclesiales está en el proceso de escucha, diálogo y discernimiento”.
También dijo que “el discernimiento comunitario requiere mucha oración y diálogo para poder hallar juntos la voluntad de Dios, y también requiere encontrar caminos superadores que eviten que las diferencias se conviertan en divisiones y polarizaciones”.
“En este proceso, pido al Señor que vuestra Asamblea sea expresión del ‘desborde’ del amor creativo de su Espíritu, que nos impulsa a salir sin miedo al encuentro de los demás, y que anima a la Iglesia para que, por un proceso de conversión pastoral, sea cada vez más evangelizadora y misionera”, continuó el Papa.
Finalmente, el Papa Francisco animó “a vivir estos días acogiendo con gratitud y alegría este llamado al desborde del Espíritu en el Pueblo fiel de Dios que peregrina en América Latina y el Caribe”.
“Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide con su protección maternal. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Fraternalmente, Francisco”, concluyó.
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