A medida que el confinamiento se fue prolongando en varios países debido a la pandemia de coronavirus COVID-19, un apostolado católico nacido en Quito (Ecuador), ha logrado que más de 330 personas de diferentes nacionalidades, que se sienten solas, reciban acompañamiento a través de las telecomunicaciones.
La iniciativa “Un amigo te escucha” nació a inicios de 2020 a partir del popular apostolado “10 minutos con Jesús”, un servicio que enseña a hacer oración a través de meditaciones diarias de 10 minutos y que llega a unas 30 mil personas por diferentes canales, especialmente WhatsApp.
El objetivo de “Un amigo te escucha” es contactarse con personas que buscan compañía (sobre todo adultos mayores) y que necesiten conversar con alguien que se preocupe de ellos y los acompañe durante este tiempo de aislamiento.
Hasta el mes de mayo, se han visto beneficiados más 330 personas de Argentina, Chile Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela.
El P. Juan Carlos Vásconez, director del apostolado, relató a ACI Prensa que la idea de iniciar esta línea de ayuda surgió cuando su equipo “empezó a notar que varias personas que reciben el servicio por WhatsApp escribían con más frecuencia, agradeciendo las meditaciones que les subían el ánimo en medio de la tristeza y nerviosismo”.
“Si nuestro core business es enseñar a hacer oración, siendo la oración una conversación de uno con Dios que requiere alguien que habla y alguien que escucha, pensamos que podíamos ayudar a esa conversación siendo los oídos de Jesús, que es el buen amigo que siempre escucha, pero que a veces no se le ve. Él está pendiente de todos, en especial a los que más lo necesitan”, explicó el presbítero, que además es ingeniero en sistemas y doctor en teología.
En el proyecto “Un amigo te escucha” participan 5 administradores y 48 voluntarios. Los primeros son los responsables de la plataforma, de aceptar voluntarios, de identificar beneficiarios y designar a los encargados para hacer las llamadas telefónicas de acompañamiento.
El grupo más grande lo conforman los voluntarios, entre los que también hay psicólogos y psiquiatras que atienden casos específicos.
“Contamos con psicólogos o sacerdotes cuando la ayuda debe ser más especializada, pero lo fundamental es el buen cristiano que quiere ayudar escuchando a personas que están solas o se sienten tristes, llevando una palabra de aliento y sobretodo la visión sobrenatural para pasar por encima de las dificultades”, resaltó el P. Juan Carlos.
Mónica Pazmiño, miembro del equipo de administradores del apostolado, contó a ACI Prensa que los voluntarios “deben tener necesariamente una formación espiritual y acercamiento a Dios para poder brindar una ayuda espiritual”.
Sobre las características de los beneficiarios, comentó que generalmente tienen más de 40 años y en su mayoría son mujeres.
“Muchos de sus problemas tienen que ver con la soledad, la falta o pérdida del trabajo, problemas de salud y crisis en el hogar por roces familiares”, acotó Pazmiño.
No obstante, el P. Juan Carlos asegura que cuando estas personas “reciben una llamada desinteresada, eso les ayuda a cambiar de humor, a sentirse queridos, a volver a sentirse hijos de un Dios Padre Todopoderoso que nos quiere con locura”.
El sacerdote cree firmemente en la evangelización a través de la “caridad de la escucha” y cuando se ayuda a “recuperar la visión sobrenatural”.
Cómo funciona “Un amigo te escucha”
Funciona de la siguiente manera: primero se envía un mensaje en los grupos de WhatsApp de “10 minutos con Jesús” para invitar, a quien necesite conversar, a llenar un formulario para que alguien se ponga en contacto.
Luego del registro en la plataforma, un grupo de administrados filtran las solicitudes y designan un voluntario. El voluntario recibirá una notificación para entrar a la plataforma y revisar sus beneficiarios y realizar las llamadas. Más adelante, al finalizar la comunicación, se llena una bitácora con la información necesaria para hacer un seguimiento.
“Lo primero que hacemos nosotros es escuchar, porque nosotros no estamos aquí para juzgar. La verdad es que es muy bonito porque la gente se nos ha abierto mucho, especialmente las personas de tercera de edad, con las que se puede tener conversaciones de hasta una hora”, relató Mónica Pazmiño.
La administradora cuenta que poco a poco “las llamadas se van tornando en una amistad a la distancia”, que las personas empiezan “a reaccionar muy bien”, y que “muchas veces no quieren despedirse de nosotros y siempre queda la apertura de decirles que puedes llamarnos para lo que necesiten”.
“Antes de hablar con nuestros beneficiarios nos encomendamos al Espíritu Santo para que no seamos nosotros los que hablemos. Además, todos los días encomendamos al Señor a nuestros beneficiarios y voluntarios”, reveló Mónica.
También aseguró que “el seguimiento se hace hasta que vaya mejorando el ánimo de la persona”.
Al final de la entrevista, el P. Juan Carlos reconoció “que hay muchas personas que necesitarán esta ayuda”, y que para el futuro les gustaría ayudarles a “aprender a hacer oración, llamándoles para compartir sus experiencias con los voluntarios y dar pasos en la relación personal con Dios”.
Si necesitas hablar con alguien de este apostolado puedes ingresar AQUÍ.
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