En el Centro Heyday Aliyev de Bakú, capital de Azerbaiyán, y luego de escuchar el saludo del Presidente, Ilham Oliyev, el Santo Padre destacó que “la adhesión a los genuinos valores religiosos es totalmente incompatible con el tentativo de imponer con la violencia a los otros las propias formas de ver, escudándose en el santo nombre de Dios”.
“Toda pertenencia étnica o ideológica, como todo auténtico camino religioso, debe repudiar actitudes y concepciones que instrumentalizan las propias convicciones, la propia identidad o el nombre de Dios para legitimar intentos de opresión y dominio.
Deseo vivamente que Azerbaiyán prosiga por este camino de colaboración entre las distintas culturas y confesiones religiosas”, destacó el Papa.
Ante el drama de los conflictos en el mundo que son fomentados por ideologías violentas, el Papa animó a promover “la cultura de la paz, la cual se nutre de una incesante disposición al diálogo y de la conciencia de que no existe otra alternativa razonable que la continua y paciente búsqueda de soluciones compartidas, mediante leales y constantes negociaciones”.
Francisco recordó también que el próximo 18 de octubre, Azerbaiyán celebra sus primeros 25 años de independencia y destacó que esta sociedad “reconoce los beneficios de la multiculturalidad y de la necesaria complementariedad de las culturas, de manera que entre los distintos componentes de la comunidad civil y entre los que pertenecen a diferentes confesiones religiosas se instauren relaciones de mutua colaboración y respeto”.
“Este esfuerzo común en la construcción de una armonía entre las diferencias es particularmente importante en este tiempo, porque muestra que es posible testimoniar las propias ideas y la propia concepción de la vida sin conculcar los derechos de los que tienen otras concepciones o formas de ver”, continuó.
El Papa también animó a superar los conflictos en la región del Cáucaso y recordó que “la Iglesia Católica, aun siendo en este país una presencia numéricamente exigua, está inserta en la vida civil y social de Azerbaiyán, participa en sus alegrías y es solidaria para afrontar sus dificultades”.
“Me alegro además particularmente –prosiguió– de las cordiales relaciones que la comunidad católica tiene con la musulmana, la ortodoxa y la judía, y espero que se incrementen los signos de amistad y de colaboración”.
Estas buenas relaciones, agregó, “tienen un alto significado para la pacífica convivencia y para la paz del mundo, y muestran que entre los fieles de distintas confesiones religiosas son posibles las relaciones cordiales, el respeto y la cooperación con vistas al bien común”.
“Que la fe en Dios sea más bien fuente de inspiración para la mutua comprensión, el respeto y la ayuda recíproca, en favor del bien común de la sociedad”, concluyó.
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TEXTO: Discurso del Papa Francisco a las autoridades de Azerbaiyán https://t.co/HQrLlerF5L
— ACI Prensa (@aciprensa) 2 de octubre de 2016
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