“Las fuerzas iraquíes liberaron esta tierra”, dijo Mons. Sako, en declaraciones recogidas por la agencia Associated Press (AP). “Antes que hubiera cristianos, antes que hubiera musulmanes, existía el suelo santo de Irak”, señaló.
El ejército iraquí y la milicia peshmerga kurda comenzaron una ofensiva el 17 de octubre, con el propósito de recuperar Mosul, la tercera ciudad más grande del país, tomada por ISIS desde 2014.
En su avance hacia Mosul, ambos grupos militares liberaron diversos pueblos, entre ellos la ciudad cristiana de Bartella, recuperada el 21 de octubre.
Al visitar un templo católico en Bartella, el Patriarca iraquí destacó que “estamos orgullosos de la victoria alcanzada”, y aunque “hay algunos daños”, estos “pueden ser reparados”.
“Aliento a todas las personas a regresar a sus hogares y pueblos”, señaló.
Días atrás, en declaraciones para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, Mons. Sako señaló que los gobiernos occidentales involucrados en la lucha contra el Estado Islámico en Irak “deberían asistir a los refugiados para que regresen a sus hogares; dar seguridad a las zonas de conflicto; proveer protección completa para ellos; restaurar sus derechos y propiedades; contribuir a la reconstrucción de pueblos y ciudades; compensar los daños resultantes y ayudar a la restauración del legado cultural y religioso de todos sus componentes”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 28 de octubre de 2016
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