A su llegada a la catedral, el Pontífice fue acogido por el Primado de la Iglesia de Suecia, el Arzobispo Antje Jackelèn, y por el Obispo católico de Estocolmo Mons. Andres Arborelius, con los cuales se dirigió hasta el altar central
En la procesión también participaron algunos miembros de la Federación Luterana Mundial. Después de algunos cantos y lecturas y del sermón del Secretario General de la Federación, el Rvdo. Martin Junge, el Papa pronunció su homilía.
“En este encuentro de oración, aquí en Lund, queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida. Le pedimos: ‘Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad’”, dijeron al comienzo del evento.
En la oración, ambos líderes también señalaron que “es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor”.
Martin Junge dijo en su sermón que “al ver a Jesucristo en medio nuestro, hemos comenzado a vernos de manera distinta”.
“Reconocemos que es muchísimo más lo que nos une, que lo que nos separa. Somos ramas de una misma vid. Somos uno en el Bautismo. Por eso estamos aquí entonces, en esta conmemoración conjunta”, afirmó.
El luterano señaló que la relación con la Iglesia Católica “es un camino prometedor, pero exigente, sin lugar a dudas. Transcurre en medio de tiempos de gran fragmentación y marcada tendencia al conflicto”. Sin embargo, “el camino al cual estamos llamados deberá sostenerse en diálogos aún más profundos”.
En su homilía, el Papa Francisco resaltó que “católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación”.
“Ahora, en el contexto de la conmemoración común de la Reforma de 1517, tenemos una nueva oportunidad para acoger un camino común, que ha ido conformándose durante los últimos 50 años en el diálogo ecuménico entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica”.
En la homilía, el Santo Padre también afirmó “no podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros” y de la “oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros”.
“También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor”, resonó en la catedral luterana en Suecia.
El Papa dijo que la separación entre católicos y luteranos “ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones” pero “también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe”.
Por último, indicó que “los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros”.
“Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta”.
En definitiva, “Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a él, siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia”.
Declaración conjunta
Al final de la oración ecuménica, el Papa Francisco y el luterano Martin Jung firmaron una declaración conjunta en la que exhortan “a todas las comunidades y parroquias Luteranas y Católicas a que sean valientes, creativas, alegres y que tengan esperanza en su compromiso para continuar el gran itinerario que tenemos ante nosotros”.
“En vez de los conflictos del pasado, el don de Dios de la unidad entre nosotros guiará la cooperación y hará más profunda nuestra solidaridad. Nosotros, Católicos y Luteranos, acercándonos en la fe a Cristo, rezando juntos, escuchándonos unos a otros, y viviendo el amor de Cristo en nuestras relaciones, nos abrimos al poder de Dios Trino. Fundados en Cristo y dando testimonio de él, renovamos nuestra determinación para ser fieles heraldos del amor infinito de Dios para toda la humanidad”.
Al concluir, volvieron a procesionar todos tras una gran cruz llevada por cuatro jóvenes y que representaba también el logotipo de la visita del Papa a Suecia.
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TEXTO: Homilía Papa Francisco en la oración ecuménica conjunta en Suecia https://t.co/tOvPxLRKRv
— ACI Prensa (@aciprensa) 31 de octubre de 2016
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