A su llegada, poco antes de las 8:00 a.m., el Santo Padre fue recibido por Mons. Tommaso Caputo, Arzobispo de Pompeya y Delegado Pontificio para el Santuario; y por el alcalde de la ciudad, Nando Uliano.
El Papa se dirigió hasta el Santuario en auto y fue recibido allí por el rector Mons. Pasquale
Raggiunto. En el lugar rezó la llamada “Piccola Supplica” (pequeña súplica) ante la imagen de Nuestra Señora del Rosario.
Antes de dirigirse a Nápoles, el Pontífice ha saludado a los fieles presentes en la plaza del Santuario que estuvieron en una vigilia de oración toda la noche.
A ellos el Santo Padre les dijo: “¡muchas gracias! Muchas gracias por esta calurosa acogida. Le hemos rezado a la Virgen para que nos bendiga a todos: a ustedes, a mí, a todo el mundo. Necesitamos a la Virgen, para que nos cuide. Y recen por mí, no se olviden. Ahora los invito a rezar todos juntos un Ave María y luego les daré mi bendición”.
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