Papa Francisco
VATICANO, 07 Jul. 13 / 05:09 pm (ACI ).- El Papa Francisco invitó a los científicos y no creyentes a no temer a la única verdad del amor, ofrecida por la fe cristiana, pues -tal como afirma en su encíclica Lumen Fidei-, la mirada de la ciencia se beneficia con la fe y Dios “se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón”.
“La luz del amor, propia de la fe, puede iluminar los interrogantes de nuestro tiempo en cuanto a la verdad”, explicó el Papa, al señalar que “a menudo la verdad queda hoy reducida a la autenticidad subjetiva del individuo, válida sólo para la vida de cada uno” y que “una verdad común nos da miedo, porque la identificamos con la imposición intransigente de los totalitarismos”.
“Sin embargo -expresó-, si es la verdad del amor, si es la verdad que se desvela en el encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces se libera de su clausura en el ámbito privado para formar parte del bien común. La verdad de un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona. Naciendo del amor puede llegar al corazón, al centro personal de cada hombre”.
En la primera encíclica de su Pontificado, Francisco afirmó que “la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro”. En ese sentido, señaló que el creyente no es arrogante ni intolerante, sino humilde, sabiendo que es la verdad “la que le abraza y le posee” y lo pone en camino “y hace posible el testimonio y el diálogo con todos”.
Ciencia y Fe
En su encíclica, Francisco invitó al mundo de la ciencia a acoger la luz de la fe, pues esta “no es ajena al mundo material”, sino que lo ilumina. “La mirada de la ciencia se beneficia así de la fe: ésta invita al científico a estar abierto a la realidad, en toda su riqueza inagotable”.
“La fe despierta el sentido crítico, en cuanto que no permite que la investigación se conforme con sus fórmulas y la ayuda a darse cuenta de que la naturaleza no se reduce a ellas. Invitando a maravillarse ante el misterio de la creación, la fe ensancha los horizontes de la razón para iluminar mejor el mundo que se presenta a los estudios de la ciencia”, afirmó.
Fe y búsqueda de Dios
Más adelante, el Papa extiende su invitación a aquellos que buscan a Dios. “La luz de la fe en Jesús ilumina también el camino de todos los que buscan a Dios, y constituye la aportación propia del cristianismo al diálogo con los seguidores de las diversas religiones”, afirmó.
Francisco recordó que en la Carta a los Hebreos se habla “del testimonio de los justos que, antes de la alianza con Abrahán, ya buscaban a Dios con fe”. “El camino del hombre religioso pasa por la confesión de un Dios que se preocupa de él y que no es inaccesible. ¿Qué mejor recompensa podría dar Dios a los que lo buscan, que dejarse encontrar?”, preguntó.
En ese sentido, afirmó que “el hombre religioso intenta reconocer los signos de Dios en las experiencias cotidianas de su vida, en el ciclo de las estaciones, en la fecundidad de la tierra y en todo el movimiento del cosmos. Dios es luminoso, y se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón”.
Sin embargo, aclaró que “la fe concierne también a la vida de los hombres que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar”, porque “en la medida en que se abren al amor con corazón sincero y se ponen en marcha con aquella luz que consiguen alcanzar, viven ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe”.
“Intentan vivir como si Dios existiese, a veces porque reconocen su importancia para encontrar orientación segura en la vida común, y otras veces porque experimentan el deseo de luz en la oscuridad, pero también, intuyendo, a la vista de la grandeza y la belleza de la vida, que ésta sería todavía mayor con la presencia de Dios”, expresó.
Finalmente, citando a San Ireneo de Lyon, el Santo Padre pone como ejemplo a Abrahán, que “antes de oír la voz de Dios, ya lo buscaba ‘ardientemente en su corazón’, y que ‘recorría todo el mundo, preguntándose dónde estaba Dios’, hasta que ‘Dios tuvo piedad de aquel que, por su cuenta, lo buscaba en el silencio’”. “Quien se pone en camino para practicar el bien se acerca a Dios, y ya es sostenido por él, porque es propio de la dinámica de la luz divina iluminar nuestros ojos cuando caminamos hacia la plenitud del amor”, afirmó el Papa.
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Etiquetas: Papa Francisco, Vaticano, Encíclica Lumen Fidei, encíclicas
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