A 36 días del secuestro de 17 cristianos, entre misioneros y sus familiares, en Puerto Príncipe, Haití, la agencia de ayuda humanitaria católica Catholic Relief Services (CRS) denunció que la isla sigue sufriendo una inseguridad generalizada que afecta las vidas de todos los ciudadanos.
“El secuestro es un aspecto significativo de la inseguridad generalizada del país. Las personas no se sienten seguras para realizar sus actividades diarias porque no hay seguridad”, denunció a ACI Prensa el 20 de noviembre, Akim Kikonda, representante de país de CRS en Haití.
“Desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, existe una sensación de miedo e incertidumbre sobre el futuro y quienes pueden permitírselo se están yendo del país”, agregó.
El sábado 16 de octubre un grupo de misioneros de la agencia de ayuda humanitaria Christian Aid Ministries (Ministerios de Ayuda Cristiana), con sede en Ohio (Estados Unidos), y sus familias, fueron secuestrados cuando visitaban un orfanato en Croix-des-Bouquets, un suburbio al noreste de Puerto Príncipe.
Desde entonces, los gobiernos de Estados Unidos, Haití y Canadá están trabajando por la liberación segura de los rehenes.
Según Christian Aid Ministries, un grupo de la sociedad civil ha informado que se registraron 600 secuestros en Haití de enero a septiembre de 2021, en comparación con 231 durante el mismo período del año pasado.
Kikonda, de CRS, comentó a ACI Prensa que “la crisis en Haití es compleja y puede atribuirse a varios factores, pero el más profundo, que afecta tanto la vida de las personas, como la gobernanza del país y la capacidad de brindar servicios de ayuda humanitaria, es la creciente inseguridad, especialmente en y alrededor de la ciudad capital, Puerto Príncipe”.
“Las carreteras nacionales que conectan Puerto Príncipe con el norte y el sur tienen partes controladas por pandillas, lo que limita la circulación de personas y mercancías. Esto se ha visto agravado por la actual crisis de combustible que ha impactado aún más a toda la economía del país, provocando el cierre parcial o total de algunos servicios esenciales como hospitales, bancos, hoteles, etc”, informó.
Kikonda agregó que, como resultado de lo mencionado, “las personas carecen de los elementos básicos necesarios para su vida diaria y, cuando están disponibles, sus precios han aumentado significativamente”.
Para Christian Aid Ministries, “Haití se encuentra en un estado de anarquía sin un gobierno activo”, donde “las bandas están a cargo de muchas áreas y controlan el combustible y las mercancías en los puertos marítimos”.
“Numerosos informes afirman que casi la mitad del país está bajo el control de pandillas. La mayoría de las personas se quedan cerca de casa porque viajar es demasiado peligroso. El miedo abunda en todas partes”, precisó.
En Haití, el país más pobre de América, no solo la seguridad se ha deteriorado en los últimos años, sino que existen tensiones políticas entre el Gobierno y la oposición, a raíz de las cuales, en febrero, los obispos católicos del país advirtieron del peligro de una “explosión social”.
Haití ha enfrentado varios golpes de Estado en su historia. Entre 1945 y 2019 recibió 23 golpes, 15 de ellos exitosos.
Su último presidente Jovenel Moïse fue asesinado a los 53 años en la madrugada del 7 julio de 2021. Él estuvo en el poder desde febrero de 2017, después de que su predecesor Michel Martelly dimitiera al cargo.
En 2010, un terremoto mató a 200.000 personas y causó daños extensos a la infraestructura y economía.
El último terremoto en Haití ocurrió el pasado 14 agosto. Tuvo una magnitud 7.2, dejando más de 2 mil muertos y a la población sin servicios básicos, sumado a la escasez de agua y comida.
“El último terremoto afectó principalmente a la península sur de Haití y la comunidad humanitaria se está coordinando con el gobierno haitiano para responder a las muchas necesidades de las víctimas”, informó Kikonda a ACI Prensa.
“La reconstrucción y rehabilitación son lentas debido a los desafíos logísticos discutidos anteriormente (no hay viajes por carretera hacia el sur desde Puerto Príncipe), pero estamos priorizando otras actividades que salvan vidas, como la distribución de efectivo para usos múltiples y el suministro de agua”, añadió.
Publicar un comentario