La Virgen advirtió un brutal genocidio y una nueva película cuenta la historia real

El genocidio de Ruanda de 1994 fue uno de los más devastadores del mundo, pues murieron asesinadas unas 800 mil personas. Sin embargo, no muchos saben que la Virgen María advirtió que ocurriría esta tragedia en una serie de apariciones.

La nueva película documental producida por EWTN se titula “Kibeho: Escuchen, hijos míos”; y narra cómo la Madre de Dios se apareció a tres niñas estudiantes de unos 12 años en Kibeho, al sur de Ruanda, para advertir al país sobre el genocidio que ocurriría un poco más de una década después.

La película, que se estrenará en televisión el 24 de noviembre al mediodía y será repetida el 27 de noviembre, recrea a través de imágenes verídicas, los testimonios de las jóvenes ruandesas que presenciaron las apariciones marianas desde el 28 de noviembre de 1981.

Según informó Michelle Johnson, directora de comunicaciones de EWTN, a ACI África - agencia del Grupo ACI-, en el documental aparece Immaculée IIlibagiza, sobreviviente del genocidio en Ruanda y “la mujer que le contó al mundo sobre el genocidio en el libro más vendido de 2017, ‘Left to Tell’, que luego se convirtió en un conocido docudrama con el mismo nombre”.

Se “incluye imágenes de las verdaderas niñas videntes de la escuela ruandesa, la violencia psicológica que soportaron por los que no les creyeron, los médicos encargados de determinar si eran enfermas mentales y funcionarios de la Iglesia que tomaron la determinación final”, dijo.

En el documental se exploran las visiones de destrucción, tortura y asesinatos, así como un “río de sangre” que fue visto por una de las colegialas durante las apariciones de la Virgen María, que luego recibió el título de “Nuestra Señora de Kibeho”.

El diario The Guardian informó que las apariciones comenzaron cuando Alphonsine Mumureke, de 16 años, dijo que escuchó una voz “suave como el aire y más dulce que la música” cuando estaba en la cafetería del colegio internado católico Kibeho College, al que asistía.

La joven dijo que vio a una hermosa mujer “ni blanca ni negra”, descalza, con un vestido sin costuras y un velo que cubría su cabello, que flotaba sobre el piso. Se dice que Alphonsine le preguntó quién era y ella le respondió: “Yo soy la Madre de la Palabra”. Luego, la mujer que  identificó como la Virgen María, le advirtió que Ruanda se iba a convertir en un infierno en la tierra, en un conflicto que vería los ríos de la aldea de Kibeho enrojecer de sangre.

Se dice que cuando Alphonsine contó lo que vio, sus amigos la ridiculizaron, sus maestros la regañaron y los miembros de su aldea la rechazaron. En el documental, Immaculée precisó que la joven era una chica “normal”, no conocida por su piedad, por lo que nadie le creyó.

“Desafortunadamente, su incredulidad se transformó en persecución física”, precisó Johnson. Por eso, “la joven le suplicó a la Virgen que se le apareciera a otra niña para que le creyeran”. En respuesta, el 12 de enero de 1982 la Virgen se apareció a Nathalie Mukamazimpaka, una compañera de estudios con una excelente reputación y conocida por su piedad.

Si bien las cosas mejoraron algo, todavía había muchos que no creían. Por eso, el 2 de marzo de 1982 la Virgen se apareció a otra niña llamada Marie Claire Mukangango, quien tuvo las visiones de “destrucción, tortura y salvaje matanza humana”. Se dice que en esta aparición la Virgen lloró mucho y “dijo que estaba triste, porque muchos no creyeron en sus advertencias”.

Johnson dijo que la visión que presenció una de las tres estudiantes fue tan aterradora, que la joven le dijo a la Virgen que tenía miedo de no poder volver a dormir nunca más. Además, aseguró que las “visiones fueron, por supuesto, un anticipo del genocidio que devastaría al país una docena de años después” y que los relatos “de la historia de este conflicto son inquietantemente proféticos de los problemas que persisten en el mundo de hoy”.

En las apariciones, Nuestra Señora de Kibeho pidió a la gente de Ruanda que rezara el Rosario de los Siete Dolores, una devoción dada a Santa Brígida siglos atrás, pero olvidada. “Durante el genocidio, las hermanas de la escuela del convento a las que asistieron las videntes rezaron este Rosario desde la mañana hasta la noche. Todas sobrevivieron al baño de sangre”, dijo Johnson.

Explicó que “a cada niña se le asignaron grupos específicos de personas por quienes orar”, pero “Marie Claire fue llevada en un viaje” al Infierno, Purgatorio y Cielo. “El primero era un lugar donde la gente sufría un dolor terrible, peleaba y estaba extremadamente enojada”, dijo. Se dice que la Virgen le dijo a la niña que era para los que “sufrirán eternamente” y “nunca serán perdonados”.

Luego, Marie Claire fue llevada a un lugar donde había poca luz y donde había sufrimiento, pero menos que al principio, y “donde la gente parecía estar esperando que alguien viniera a ayudarlos”. Finalmente, fue llevada a un lugar con una hermosa luz, más brillante que el sol, donde podía escuchar hermosas voces. Le dijeron que era para “aquellos que tienen luz en su corazón, el lugar de aquellos que respetan a Dios”.

Johnson dijo que cuando Marie Claire le preguntó a la Virgen por qué le había mostrado estos lugares, le respondió: “Les mostré para que sepan que la vida que más importa es lo que viene después de esta vida en la tierra”.

“Ve y cuéntaselo a todo el mundo. Anímenlos a vivir de la manera correcta. Díganles que vivir sin respetar a Dios es la máxima pérdida de tiempo. Se arrepentirán amargamente”, dijo la Virgen a la joven, según Johnson. “Tienes que decirle a la gente que estos lugares realmente existen. Rechazar a Jesús es rechazar el paraíso”, agregó.

Cabe destacar que Marie Claire también fue la vidente a quien la Virgen le enseñó el Rosario de los Siete Dolores y le dijo que es importante rezarlo “para ayudar a Jesús a salvar el mundo”. Se dice que la Virgen encomendó a Marie que diga a las religiosas de la escuela del convento, al que asistían las videntes, que debían amar el Rosario: el Rosario de los Siete Dolores y el tradicional.

La Virgen dijo: “Diles que lo digan con el corazón, siendo conscientes de con quién están hablando. Diles que pidan fuerza para ayudarlos a cumplir las promesas que le hicieron a Dios. Recuérdales que siempre se amen los unos a los otros, para que otros puedan tomar el ejemplo de mis hijas. Diles que sean un fiel reflejo de mi amor para todos los que se encuentran, dondequiera que vayan, imitando mi comportamiento y virtudes”.

Johnson dijo que hay mucho más que contar sobre las apariciones, que han sido descritas como un mensaje para todo el mundo para prepararse para la vida después de la muerte. “Esta es una historia que nadie que se preocupe por la vida eterna debería perderse”.

Finalmente, dijo que la película recuerda que uno de los mayores dolores de la Virgen María fue que “pocas personas realmente escucharon los consejos que ella les había dado a sus videntes”. En ese sentido, llamó a que todos sigamos hoy el pedido de la Madre de Dios.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI África.

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