Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba (España), explicó el sentido de cada uno de los días de la Semana Santa e invitó a entrar “de lleno, de corazón” en esta Semana grande para acoger “el don del amor hecho carne en su Hijo muerto y resucitado”.
El Prelado explicó en su carta semanal el sentido día por día, de la “semana central del año litúrgico católico” y cómo “el núcleo de su recorrido histórico en la tierra es su muerte en cruz y su gloriosa resurrección”.
En ese sentido Mons. Fernández animó a entrar “de lleno, de corazón, en la Semana Santa” para acoger “el don del amor hecho carne en su Hijo muerto y resucitado”.
Según explicó, en el Domingo de Ramos, con su entrada a Jerusalén sobre el lomo de un burro, Jesús nos enseña “que su reino no es de este mundo ni como los de este mundo, sino que su reino es un reinado de amor, que nos conquista por el camino de la humildad y del servicio”.
Por eso, según precisó, fueron los niños los que “captaron el momento y salieron a su encuentro aclamándolo con cantos mesiánicos”.
Sobre la Misa Crismal, el Prelado indicó que “cercanos a la Pascua recogemos los frutos de la redención que nos vienen por los sacramentos y consagramos el santo Crisma con el que serán ungidos los bautizados, los confirmados y los ordenados”.
“Se trata de una preciosa celebración de la Esposa de Cristo, la santa Iglesia, que es ungida y adornada por su Esposo con los dones del Espíritu Santo”, señala, y destaca que es el momento en el que los sacerdotes renuevan sus promesas “de permanecer fieles a Cristo Sacerdote para el servicio del Pueblo santo de Dios”.
El Jueves Santo, Mons. Fernández recuerda que se celebra la Cena del Señor, “en la que Jesús tuvo aquel gesto profético del Lavatorio de los pies y nos dio su Cuerpo y Sangre”.
También asegura que se trata de “todo un resumen de la vida cristiana, la entrega en el servicio y el don de su amor en la Eucaristía. Por este sacramento, se perpetúa la presencia viva y real de Jesús entre nosotros, hecho sacrificio y comunión”.
Según explica el Obispo de Córdoba, el Viernes Santo “lo llena plenamente la Cruz del Señor”, porque “el patíbulo de la Cruz en la que Cristo ha sido ejecutado con la pena capital se ha convertido en el símbolo cristiano”.
“La cruz es el lugar y la forma como Cristo ha muerto, dando la vida por amor”, asegura, y precisa que se trata de una invitación a seguirle “tomando cada uno su propia cruz y ayudando a los demás a llevar la suya. La Cruz de Cristo ilumina todo sufrimiento humano y lo hace llevadero”.
En el Sábado Santo, Mons. Fernández destaca que se trata de un día “de silencio con María junto al sepulcro de Cristo cadáver, en la espera de la resurrección”.
“Es el día de la espera incluso para los que no tienen ninguna esperanza, porque la espera se centra en Jesucristo que resucitará del sepulcro y nos resucitará a todos con Él”, explica.
Además recuerda que “cuando ha caído el día, la Iglesia se reúne para la principal de las vigilias, la Vigilia pascual con aleluya inacabable por la victoria de Cristo sobre la muerte”.
“Esa es una noche santa que recuerda las maravillas de Dios en todas las noches de las historia”, subraya. .
Por último, el Obispo de Córdoba explica que “el Domingo de Pascua es todo alegría y fiesta” ya que “ha resucitado el Señor, es decir, ha vencido la muerte en Él y para nosotros”.
“Ningún personaje de la historia ha vencido la muerte, todos continúan en el sepulcro. Cristo ha salido victorioso del sepulcro y ya no muere más. Este el horizonte más amplio que puede tener una mente humana la muerte no es la última palabra. La última palabra es la vida sin final, la vida eterna, en la que Jesús nos introduce por su resurrección”, aseguró.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
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