El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, explicó la importancia de la celebración y asistencia a Misa porque “somos convocados cada domingo a reiterar la victoria de Cristo sobre la muerte”.
En su última carta semanal, Mons. Fernández destacó que “el acontecimiento de la resurrección del Señor ha cambiado por completo la historia humana, llenándola de esperanza. La muerte ya no es la última palabra; la última palabra la tiene el Dios de la vida y es una palabra de vida en favor de los hombres”.
“Aunque nosotros tengamos tirones de muerte, generados por nuestro pecados, algunos de ellos visiblemente destructivos (el pecado es siempre demoledor, aunque no se vea de pronto), Dios no se cansa de sembrar vida en nuestro corazones y en la historia de la humanidad”, aseguró.
En ese sentido, el Prelado subrayó que “Dios no se cansa de resucitarnos, sacándonos de la muerte en la que nuestros pecados nos sumergen” y precisa que “la resurrección de Cristo es un acontecimiento irreversible de vida y esperanza para todos” por lo que “celebrarlo cada año de manera solemne enciende en nosotros santos deseos de que esa vida llegue a todos, y llegue en plenitud para todos”.
“Una de las formas de recargar permanentemente esa nueva vida del Resucitado es la celebración semanal del domingo, que es la pascua semanal de la comunidad cristiana”, afirma ya que “somos convocados cada domingo a reiterar la victoria de Cristo sobre la muerte y a apropiarnos esa victoria, a traducirla en nuestra vida”.
El Obispo de Córdoba resaltó que aunque “para muchos el domingo se ha convertido sin más en el descanso semanal”, en realidad es “el primer día de la semana” ya que en él se recuerda “la resurrección de Cristo” y “el octavo día después de la resurrección del Señor, instituido por el mismo Jesús” cuando se apareció de nuevo a sus apóstoles, cuando Tomás estaba con todos.
“Tomás había expresado su incredulidad ante la resurrección del Señor: ‘Si no lo veo, no lo creo’, y Jesús tuvo la delicadeza y la misericordia de hacerse presente al domingo siguiente y certificarle que estaba vivo y resucitado”, indicó el Prelado.
Por eso, Mons. Fernández refirió que la duda de Tomás “nos ha hecho más bien” que la “facilidad de creer de los demás apóstoles porque todos tenemos nuestras vacilaciones, no tanto en el hecho de la resurrección cuanto en las consecuencias para nuestra vida”.
“Viendo a Tomás que dudaba y que después confiesa abiertamente su fe en Jesús resucitado, nos devuelve la esperanza de que a pesar de nuestras dudas, Jesús seguirá haciéndose presente, domingo tras domingo, para afianzar nuestra fe y para disipar todo género de dudas en nuestra vida”, remarcó.
El Obispo de Córdoba recordó el ejemplo de los “mártires del Abitene”, que en el siglo VI fueron llevados ante el gobernador que había prohibido la celebración del domingo.
“Ellos prefirieron el martirio a dejar la celebración del domingo: ‘No podemos vivir sin el domingo’”, dijo el Obispo en su carta ya que, según precisó, “para ellos, quitarles el domingo, quitarles la celebración de la victoria de Cristo, hacía que la vida no tuviera sentido. Prefirieron morir antes que dejar de celebrar el domingo”.
Por eso el Prelado calificó a estos mártires como “un gran ejemplo para los cristianos de nuestro tiempo”.
Mons. Fernández animó a que “la celebración de la Pascua estimule en nosotros el deseo del encuentro con el Señor, para palpar sus llagas, para entrar en su Corazón, para compartir sus sentimientos y para participar en su victoria”.
Que esto, concluyó, “nos haga cada vez más aficionados al domingo, como día del encuentro con el Señor resucitado y con la comunidad de hermanos con los que compartimos nuestra fe en el Resucitado”.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.
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