Los obispos católicos en Japón confirmaron que investigarán los informes de abuso sexual de menores por parte de clérigos que se remontan a por lo menos 20 años atrás, pero creen que muchas víctimas podrían todavía ser reacias a presentarse.
Se han establecido comités en las 16 diócesis del país para recibir reclamos y consultas sobre abusos, dijo la Conferencia Episcopal Japonesa (CBCJ) el 8 de abril.
Los detalles de la investigación aún no están decididos, pero se volverá a revisar informes anteriores para una “investigación en profundidad”, informó el Japan Times.
Los obispos están considerando buscar ayuda de cuerpos externos.
En 2002, una encuesta interna realizada en cada diócesis resultó en dos denuncias de abuso sexual. Otra encuesta de 2012 determinó cinco denuncias de abuso sexual.
Los resultados de estas encuestas ahora serán investigados para examinar si los abusadores acusados enfrentaron castigo y cómo respondieron los obispos a las víctimas, informó el Washington Post.
Una encuesta de 2004 sobre acoso sexual -con 110 encuestados- encontró 17 casos de “contactos físicos coercitivos”, en su mayoría por sacerdotes. Las víctimas incluyeron menores de edad.
“Muchos de los supuestos casos, como los contactos físicos coercitivos, fueron forzados por sacerdotes. Creemos que todavía hay un número significativo de personas que no pueden hablar aún hoy, 15 años desde la encuesta”, dijo la conferencia de obispos
Un hombre de 62 años se presentó alegando abuso sexual por parte de un sacerdote cuando estaba en una escuela católica para niños en Tokio. Otras escuelas católicas también han enfrentado acusaciones de abuso sexual.
El medio Japanese Times informó en 2014 sobre el presunto abuso de menores en la Escuela Internacional St. Mary's en Tokio a partir de 1965. Al menos un caso fue investigado por la policía.
Hay alrededor de 440.000 católicos en Japón, que representan el 0.3% de la población.
El Papa Francisco tiene previsto visitar Japón en noviembre de 2019. En febrero celebró una reunión sin precedentes con los obispos católicos del mundo para tratar el tema de los abusos de menores en la Iglesia.
En su discurso anual de Navidad del 21 de diciembre de 2018 a la Curia Romana, el Papa insistió que ante “estas abominaciones” está claro que “la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes” e insistió que “la Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”.
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