El hecho ocurrió en 2015 en Esquel, una ciudad del noroeste de la provincia del Chubut, y fue llevado a Tribunales en julio de este año.
Mediante un video, Verónica relató que el 1 de diciembre de 2015, su hija, Keila Jones, de 8 semanas de embarazo acudió al hospital El Maitén para pedir ayuda a una asistente social al no saber cómo afrontar su situación.
La joven fue derivada para someterse a una “Interrupción Legal del Embarazo” utilizando el mecanismo previsto por el protocolo de “abortos no punibles” establecido por la ex presidente Cristina Kirchner en 2015.
Le administraron misoprostol y la dejaron en observación. Después de un rato, Keila llamó por teléfono a su mamá desde el hospital.
“Mi hija me llama. Yo voy inmediatamente al hospital y hablo con la médica y ella me dice que lo que tenía mi hija era una menstruación fuerte y que la podría llevar a la casa”, relató Azocar.
Una vez en su casa, la joven siguió con fuertes dolores abdominales. Su madre volvió a acudir a la profesional que la había atendido y ella le informó que su hija “se había complicado” con un cuadro de gastroenteritis.
Pasaron varios días y Keila seguía con los dolores. El sábado 5 de diciembre fueron dos veces al hospital y a la segunda vez la joven fue derivada al Hospital Zonal de Esquel.
“Llega allá y le dijeron que tenían que operarla porque tenía líquido en el abdomen que no sabían de qué era. La operaron y fue ahí que nos enteramos que le habían hecho un aborto”, recordó Verónica.
Keila fue intervenida dos veces y “en la segunda operación le dijeron que ya estaba tomado, que estaba todo infectado por el aborto. No le daban esperanza de vida”.
“Fue ese día que mi hija se terminó. Fallece y pierdo yo a mi hija y a mi nieto”, lamentó Verónica.
“Yo quiero que esto se divulgue, lo que pasó con mi hija, para que haya justicia para ella y para todos los que hicieron esto que haya castigo”, afirmó Verónica Azocar en el video publicado el 21 de julio.
“El aborto mata”, sostuvo esta madre, “y si tu hija está embarazada, ayudála, acompañála, consolála”.
“El aborto no es vida, no es salud. El aborto me quitó a mi hija y a mi nieto y quiero justicia por ello”, concluyó.
Juicio
Los padres de Keila denunciaron el hecho a los Tribunales de Esquel y el 31 de julio comenzará un juicio para establecer la presunta responsabilidad penal de la médico que ejecutó el aborto.
A partir del certificado de muerte, la autopsia y demás pericias, el fiscal de la Comarca concluyó que la muerte "se produjo como consecuencia del proceso incompleto del aborto, al no haber retirado (previa determinación o exploración), los restos del embarazo dentro del útero”, según informó el diario El Patagónico.
Esto generó “un cuadro de shock séptico refractario que provocó la muerte de la joven, ocurrida el 6 de diciembre de 2015 a las 16:40 en el Hospital Zonal de Esquel”, señalan.
La acusación de la Fiscalía contra la médico es por “abuso de su ciencia o arte”, e indica además que “no se ha logrado observar ni secuestrar el documento que contenga la declaración de ‘voluntad suficiente’ efectuada por la paciente”.
Esta debió haber sido “emitida luego de recibir por parte de la profesional de la salud la información clara, precisa y adecuada con respecto a su estado de salud; el procedimiento propuesto; los beneficios esperados del procedimiento; los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles”.
También debía haber sido informada de “la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación con el procedimiento propuesto; las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los alternativos especificados”, dice la acusación.
Por su parte, la defensa de la médico acusada sostiene que sí existe este documento pero que se extravió en una mudanza.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de junio de 2017
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