MADRID, 29 Ene. 17 / 06:25 pm (ACI).- El Obispo de Córdoba en España, Mons. Demetrio Fernández repasa en su carta pastoral semanal las bienaventuranzas, de las que dice que son la “Carta Magna” de Jesús.
El Prelado explica que, pese a que el hombre se topa con el dolor y el drama provenientes del pecado, “Dios nos ha creado para ser felices”, y esta felicidad se encuentra en la humildad, la limpieza de corazón y la alegría en el seguimiento de Jesucristo.
El Prelado asegura que las Bienaventuranzas son su “Carta Magna”, “una propuesta que ha sorprendido a muchos a lo largo de la historia, incluso a no cristianos. Es una página que se hace vida en tantos santos de todos los tiempos, antiguos y contemporáneos”.
A pesar de que el hombre ha sido creado para ser feliz, muchas veces experimenta en propia carne “el dolor y el sufrimiento de múltiples maneras”, “Dios no se arrepiente de habernos creado”, precisa el Obispo, porque “Dios quiere nuestra felicidad, y una felicidad que no se acabe nunca”.
Un “misterio profundo y contradictorio en el que el hombre se ve sumergido” y que se explica por “el desequilibrio” del pecado y que sólo se entiende cuando “entramos en el Corazón de Cristo, y él nos explica con su vida el drama del pecado, que le ha llevado a la humillación y a la Cruz, y nos ilumina el atrayente misterio de un amor más fuerte que el pecado y que la muerte, por el que ha ofrecido su vida libremente en la Cruz y la ha recibido nueva de su Padre en la resurrección”.
Ese “foco potentísimo que ilumina el misterio del hombre, su vocación y su destino, el sentido del sufrimiento y del amor humano” se entienden las bienaventuranzas de Jesús.
El Prelado explica que “solo la humildad, la pobreza y el desprendimiento nos sitúan en la verdad de nuestra vida. No somos nada, más aún somos pecadores”.
Por eso precisa que esta primera bienaventuranza: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”, “engloba todas las demás.
También destaca que “en un mundo en el que parece que Dios se esconde y para muchos es difícil encontrarlo”, los “limpios de corazón” verán a Dios. “¿No será que falta esa pureza de corazón en la que Dios pueda reflejar su rostro y podamos encontrarnos con él por la fe?”, pregunta el Obispo.
Termina Jesús las bienaventuranzas subrayando la alegría a pesar de la persecución “porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.
Mons. Fernández precisa que unas veces somos perseguidos por “nuestros defectos y limitaciones”, pero otras será “porque somos de Jesús, porque anunciamos su Evangelio, porque pregonamos la verdad” y por eso anima a “no temer esos sufrimientos, que son timbre de gloria para los verdaderos discípulos del Señor”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de noviembre de 2016
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