Tsibili, 30 Sep. 16 / 09:42 am (ACI).- La visita del Papa Francisco a Georgia y Azerbaiyán tiene un marcado carácter interconfesional, por lo que varios de los actos que tendrá durante el viaje contarán con la participación de varias religiones. Por ello, se reunió en la sede del patriarcado de Georgia con Su Beatitud Ilia II, cabeza de la Iglesia Ortodoxa y apostólica georgiana, y pidió poner por encima de todo la evangelización y el deseo de paz.
En su discurso, el Santo Padre recordó la visita del Patriarca al Vaticano en 1999, con San Juan Pablo II. “Santidad, con vuestra visita histórica al Vaticano, la primera de un Patriarca georgiano, usted abrió una nueva página en las relaciones entre la Iglesia Ortodoxa de Georgia y la Iglesia Católica. En aquella ocasión, intercambió con el Obispo de Roma el beso de la paz y la promesa de rezar el uno por el otro”, afirmó Francisco.
Después de valorar positivamente las relaciones entre la Iglesia ortodoxa de Georgia y la Católica, Francisco explicó que ha llegado al país “como peregrino y amigo, he llegado a esta tierra bendita, cuando está a punto de concluir para los católicos el Año Jubilar de la Misericordia”.
“Ahora, la Providencia divina ha querido que nos encontremos de nuevo y, frente a un mundo sediento de misericordia, de unidad y de paz, nos pide que se dé un nuevo impulso, un renovado fervor a los lazos que nos unen, signo elocuente de los cuales es el beso de la paz y nuestro abrazo fraternal”.
El Papa aseguró que a pesar de las diferencias “nos sostiene en esto el amor que transformó la vida de los Apóstoles. Es el amor sin igual, que el Señor ha encarnado”.
“Realmente el amor del Señor nos eleva, porque nos permite alzarnos por encima de las incomprensiones del pasado, de los cálculos del presente y de los temores del futuro”, añadió.
En su discurso, también alabó el testimonio del pueblo georgiano, quien “ha encontrado en el amor la fuerza para levantarse de nuevo después de muchas pruebas; gracias a él se ha elevado hasta las alturas de una extraordinaria belleza artística”.
Por otro lado, recordó la herencia cristiana del país gracias a Santa Nino, “que suele ser equiparada a los Apóstoles: difundió la fe bajo el signo particular de la cruz hecha de sarmiento de vid”. “No se trata de una cruz desnuda, porque la imagen de la vid, además del fruto que en esta tierra es excelente, representa al Señor Jesús”.
El Papa argentino pidió una vez más permanecer unidos y pidió “que la multitud de santos de este país nos anime a poner el Evangelio por encima de todo y a evangelizar como en el pasado y, más que en el pasado, libres de las ataduras de ideas preconcebidas y abiertos a la perenne novedad de Dios”.
“Que las dificultades no sean un obstáculo, sino un estímulo que nos ayude a conocernos mejor, a compartir la sabia viva de la fe, a intensificar la oración de unos por otros y a cooperar con caridad apostólica en el testimonio común, para la gloria de Dios en el cielo y el servicio de la paz en la tierra”, deseó.
También tuvo palabras para la paz y el perdón para “vencer a nuestros verdaderos enemigos, que no son de carne y hueso, sino los espíritus del mal que están dentro y fuera de nosotros”.
“Esta tierra bendita está llena de héroes valientes según el Evangelio que, como san Jorge, fueron capaces de vencer al mal. Pienso en tantos monjes, y especialmente en los numerosos mártires, cuya vida ha triunfado ‘con la fe y la paciencia’ ha pasado por la prueba del dolor permaneciendo unida al Señor y ha dado así un fruto pascual, regando el suelo georgiano con la sangre derramada por amor”, manifestó.
Francisco concluyó pidiendo que su intercesión “alivie a tantos cristianos que todavía hoy en el mundo sufren persecuciones y atropellos, y fortalezca en nosotros el buen deseo de estar fraternalmente unidos para anunciar el Evangelio de la paz”.
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TEXTO: Discurso del Papa en el encuentro con el Patriarca de toda la Georgia https://t.co/eiU6YICLhy
— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de septiembre de 2016
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