Esto, dijo, es posible mediante la creación de “puentes de diálogo que permiten que las posturas religiosas y políticas privilegien los medios pacíficos para la solución de estas divergencias”.
En declaraciones al diario La Tercera, Guerra señaló que la influencia de la Iglesia en el plano político internacional actual “no se da a través de divisiones militares, sino a través del impulso que la experiencia religiosa tiene en las culturas y de ahí en sus estructuras, estados, democracias, dictaduras”.
“La Iglesia sigue teniendo una influencia importante. El Papa es reconocido como el líder moral más importante en el ámbito internacional”, afirmó el también consultor del Sínodo de la Familia y miembro de la Pontificia Academia para la Vida.
En cuanto a la disminución del porcentaje de católicos en Chile (menos del 60 por ciento), Guerra destacó que esto no se debe a los escándalos, sino que la causa principal “es la reducción moralista de la fe a un conjunto de valores”.
“En los sectores liberales, como en los más conservadores, hay una tendencia común a creer que el cristianismo es un culto de valores y olvidan que Cristo es una persona, la esencia y corazón del cristianismo”.
“Cuando la Iglesia se adapta a valores conservadores o liberales, pierde adeptos. Lo que atrae es cuando la persona se descubre acogida, recibida, no juzgada, (sino) perdonada”, explicó.
En relación al aborto, el académico señaló que “hay quienes defienden al no nacido, pero no dicen una palabra sobre los derechos de la mujer que tiene un embarazo no deseado, y hay los que hacen todo lo contrario. Ambas posiciones son autoritarias y fascistas, porque las dos dignidades son de igual importancia”.
“La solución debe ser legal, de política pública, que acoja la libertad de ambos, por dramático que esto sea. Cuando se privilegia la dignidad de uno sobre otro, se abre una ventana para que una persona sea más que la otra. Es la esencia del autoritarismo”, subrayó.
Frente a los casos de abusos sexuales al interior de la Iglesia, Guerra sostuvo que “ningún miembro de la Iglesia Católica está dentro de un paréntesis” y que “tenemos que aprender como institución a caminar por sendas de transparencia y de vigencia del Estado de Derecho”.
“Es importante que en la Iglesia aprendamos a reconocer que hay omisiones graves y que el Papa Juan Pablo II, luego Benedicto XVI y ahora Francisco, han sido clarísimos respecto a la necesidad que tenemos de mirar a las víctimas de abusos como hijos privilegiados de la Iglesia”, sentenció.
Guerra participó como profesor del diplomado latinoamericano en Doctrina Social de la Iglesia que imparte la Academia de Líderes Católicos, institución que busca formar líderes desde una visión cristiana para la vida política, social y económica.
Con 9 años de funcionamiento ya son más de 5 mil los jóvenes egresados a lo largo de todo Chile.
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— ACI Prensa (@aciprensa) diciembre 7, 2015
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