Hoy es el segundo Domingo de Cuaresma

REDACCIÓN CENTRAL, 21 Feb. 16 (ACI).- Este 21 de febrero la Iglesia celebra el segundo domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Lucas 9:28-36, pasaje que narra el momento de la Transfiguración del Señor.

A continuación puede leer el Evangelio y la Homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día (Lucas 9:28-36)

28 Sucedió que unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar.
29 Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante,
30 y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías;
31 los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.
32 Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
33 Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía.
34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor.
35 Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.»
36 Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día dando click AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

"Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago y subió al monte a orar. Y sucedió que mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante". Esta es la descripción de la Transfiguración del Señor según el relato de Lucas.

Si nos ponemos a considerar esta descripción observa­mos que dice todo, pero no dice nada. Es que intenta describir lo indescriptible, expresar lo inexpresable. El Evangelio sigue diciendo más adelante: "Pedro y sus compa­ñeros estaban cargados de sueño, pero permanecieron des­piertos, y vieron su gloria". ¿Qué experiencia es esta de "ver su gloria"? ¿Qué es lo que vieron en concreto? Es imposible decirlo con esta lenguaje nuestro. Eso que ellos vieron en esa ocasión es lo que, según San Pablo, Dios tiene preparado a los que lo aman: "Lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó" (1Cor 2,9).

Si es lo que el ojo no vio; entonces no se puede describir con imágenes visibles; si es lo que el oído no oyó, enton­ces no se puede sugerir con ningún sonido; si al corazón del hombre no llegó, entonces no se trata de algo que se pueda pensar. No podemos decir más que esto: Los apósto­les tuvieron una experiencia de la gloria de Cristo. Esa experiencia se describe con el sentido de la vi­sión -"vieron su gloria"-, pero no tiene nada que ver con algo que el ojo pueda ver.

Para leer la homilía completa puede dar click AQUÍ

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