6 de abril de 2023 / 9:10 a. m.
El Dr. Imre Téglásy, director de Human Life International Hungría y sobreviviente de un aborto, cree que su vida es un milagro de Dios. Su madre intentó abortarlo varias veces bajo la opresión comunista. Esta experiencia encendió su pasión por evitar que los niños se conviertan en víctimas del aborto, impulsando el ministerio de cuidado y compasión que es Human Life International Hungría.
El 18 de abril marca el aniversario de la protección constitucional de los niños no nacidos en Hungría, en su “Ley fundamental”. El documento también se conoce como Constitución Pascual, ya que fue firmado el Lunes de Pascua de 2011.
Esta Constitución establece que “se protegerá la vida del feto desde el momento de la concepción”. Téglásy reconoce que si bien esto fue un paso adelante, significó poco sin leyes provida que la respalden.
En septiembre de 2022, Hungría aprobó una ley única que obliga a las mujeres embarazadas a escuchar los latidos del corazón de su bebé antes de someterse a un aborto. Fue la primera de su tipo en Europa.
El país tradicionalmente cristiano, sin embargo, ha luchado por cambiar las actitudes sociales hacia el aborto. Téglásy ha asumido el desafío de fomentar una cultura de la vida en Hungría, luchando contra el legado persistente de las políticas comunistas y totalitarias del pasado.
De 1956 a 1988, los abortos fueron promovidos y financiados por la agencia de salud pública del gobierno socialista. En 1968 había más de 130 abortos inducidos por cada 100 nacidos vivos.
Como católico devoto y padre de doce hijos, Téglásy se ha propuesto como misión salvar vidas y cambiar corazones en Hungría.
“Tenemos mucho trabajo por delante”, asegura Téglásy. “Estamos luchando contra décadas de desinformación: política comunista, socialista y fascista impuesta a la gente como resultado de las ocupaciones primero nazi y luego rusa. Y desde 1956 hasta 1988, los abortos no solo fueron promovidos, sino financiados por la agencia de salud pública del gobierno socialista”.
Hoy, la tasa de abortos de Hungría ha disminuido a 25 abortos por cada 100 nacidos vivos. Esta reducción es atribuida más al trabajo de la comunidad provida de Hungría que a la ley del latido del corazón de 2022 o la declaración constitucional.
Téglásy, que dirige la principal afiliada húngara de Human Life International, Alpha Alliance for Life, ha supervisado programas que han rescatado a casi 50.000 bebés y sus madres del aborto.
El líder provida enfatiza la importancia de conectarse con las mujeres donde están. Capacitó a un equipo de voluntarios para monitorear un popular sitio web de preguntas y respuestas sobre el aborto en línea, brindando información y aliento en tiempo real.
Además, estableció una red de apoyo que conecta a las mujeres con los centros de atención del embarazo en seis ciudades de Hungría. Estos centros ofrecen apoyo material, emocional y espiritual durante el embarazo y más allá.
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Un rescate notable que destacan los defensores de la vida en el país es la historia de Hajnalka, quien se conectó con Human Life International Hungría a través de las preguntas y respuestas en línea. Una voluntaria recaudó fondos para Hajnalka en Facebook, lo suficiente para pagar el alquiler hasta que pudiera volver a trabajar después del nacimiento de la bebé Hanna.
Los programas de Human Life International Hungría incluyen pasantías para padres adoptivos, capacitación de enfermeras provida del Departamento Nacional de Salud y "Tres días sin aborto": una peregrinación interconfesional a hospitales locales, donde el clero y los líderes cívicos provida piden tres días libres de aborto cada año.
Este programa ha inspirado enfoques similares en Austria y en Roma (Italia), con una posible legislación nacional para Hungría, según Human Life International.
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