12 de abril de 2023 / 10:30 a. m.
El Papa Francisco recordó el 60° aniversario de la encíclica Pacem in terris de San Juan XXIII, y afirmó que es un documento actual que expresa el deseo de paz entre todos los pueblos, aún vigente en medio de las más de 40 guerras y conflictos que ocurren hoy en el planeta.
Ante miles de fieles y peregrinos que asistieron a la Audiencia General de este miércoles, el Santo Padre recordó que ayer, 11 de abril, se había cumplido el 60° aniversario de la octava y última encíclica de San Juan XXIII, quien moriría dos meses después.
Se trata de un documento que dirigió “a la Iglesia y al mundo en el momento de mayor tensión entre los dos bloques enfrentados en la llamada Guerra Fría”, explicó el Papa Francisco.
Con ella Juan XXIII “abrió ante todos el amplio horizonte en el que se puede hablar de paz y construir la paz: el plan de Dios para el mundo y la familia humana. Esa Encíclica fue una verdadera bendición, como un atisbo de serenidad en medio de nubes oscuras.”, expresó el Santo Padre, en italiano, al final de su catequesis.
Asimismo, remarcó que el mensaje de San Juan XXIII “es muy actual”. Por ello, citó este pasaje: "Las relaciones entre las comunidades políticas, como las que existen entre los hombres, no deben regularse recurriendo a la fuerza de las armas, sino a la luz de la razón, es decir, en la verdad, en la justicia, en la solidaridad operante”.
Al mismo tiempo invitó a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a leer la Pacem in terris, y rezó para que los “líderes de las naciones se dejen inspirar por ella en sus proyectos y decisiones”. En especial, instó a los fieles a perseverar en la oración “por la atormentada Ucrania. Recemos por todo lo que sufre Ucrania”.
El Papa Francisco insistió en practicar el Evangelio de la Paz, “esa paz que Cristo sabe dar más y mejor de lo que da el mundo”.
En ese sentido, recordó que el 16 de abril la Iglesia celebrará “el Domingo de la Misericordia”. “El Señor nunca deja de ser misericordioso: pensemos en la Misericordia de Dios que siempre nos acoge, siempre nos acompaña, nunca nos deja solos”, agregó.
Por último, su pensamiento se dirigió a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. “Les invito a vivir este tiempo pascual con la mirada dirigida a Cristo resucitado, que se ha sacrificado por nosotros y por nuestra salvación”. Luego impartió su bendición apostólica.
Cabe recordar que la encíclica Pacem in terris (La paz en la tierra) fue publicada el 11 de abril de 1963, en Jueves Santo. Dos años antes había sido erigido el muro de Berlín.
Además, 6 meses antes de la publicación del documento, mientras en Roma se acababa de inaugurar el Concilio Vaticano II, el mundo se enfrentaba al peligro de una guerra nuclear debido a la crisis de los misiles en Cuba.
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