El Arzobispo italiano Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, afirmó en una reciente entrevista que la emergencia del coronavirus está generando “tiempos peores que la guerra” para los cristianos de Medio Oriente.
En una entrevista con Asia News publicada el 27 de marzo, Mons. Pizzaballa dijo que “estos son tiempos peores que la guerra”, porque “durante la guerra uno al menos podía reunirse y rezar en las iglesias, para darnos fuerza”.
“Hoy, si bien tratamos de suplir esto a través de Internet, no es lo mismo”, afirmó.
El Prelado cuenta que en la Iglesia local “hay varias legislaciones, pero las indicaciones estatales no son uniformes”. “No se puede salir, excepto para comprar artículos de primera necesidad”, añadió.
Mons. Pizzaballa dijo que hasta ahora no tienen víctimas y “el virus no se ha extendido como en Italia, pero hay mucho miedo y entonces se clausura como medida precautoria”.
“En este momento, las mayores preocupaciones son a nivel económico y social, por las personas que quedan sin trabajo. Pienso sobre todo en Palestina o en Jordania, sin las garantías de un Estado social”, señaló.
En su análisis sobre la situación actual, el Arzobispo cree que la “crisis desatada por el coronavirus cambiará –y mucho– nuestras relaciones, también a futuro”.
“Hoy sentimos mucho la falta de peregrinos en los lugares santos, que se presentan vacíos, algo que es fuente de gran dolor. Además, esto se refleja de una forma muy dura en la economía, porque miles de personas han quedado sin trabajo y muchas familias viven en condiciones precarias”, relató Mons. Pizzaballa.
En ese contexto, pidió “permanecer unidos a través de la oración”, e indicó que “ahora ha llegado la hora de dar, de ayudarse, la hora de la solidaridad”.
“Por supuesto, no se pueden realizar visitas a las casas, pero los sacerdotes pasan las jornadas en el teléfono para escuchar a las familias, hacer llegar su solidaridad inclusive en términos prácticos. Hay voluntarios de las parroquias que llevan comida a los ancianos, preparan bebidas, llevan agua bendita a las casas, pequeñas formas de solidaridad”, comentó.
En otro momento de la entrevista, dijo que esta pandemia le está recordando a la gente “lo limitados que somos, que somos creaturas y no creadores”.
“En realidad, basta un pequeño virus para que toda nuestra estructura salte por los aires. No somos dueños de nuestro destino, no estamos solos en la tierra. Debemos levantar la mirada y, para quien tiene fe, recordarnos que somos creaturas, y si somos creaturas, también hay un Creador”, sostuvo.
También dijo que “hay una sensación de desorientación” que “ha despertado muchas preguntas y un gran deseo de muchas personas que se habían alejado”.
“No digo que vaya a haber un retorno inmediato a la Iglesia, pero al menos hará que nos interroguemos sobre algo más verdadero y profundo para nuestra vida”, acotó.
Finalmente, Mons. Pizzaballa invitó a los cristianos a que, en estos últimos días de Cuaresma, reflexionen “sobre cómo vivimos los vínculos, para poder luego retomarlos de una manera nueva”.
Publicar un comentario