“El signo real y tangible de este anuncio (de Navidad) es el niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Es un signo que desafía nuestra lógica humana, nuestros criterios. La grandeza de Dios y su potencia se revelan en la pequeñez y en la aparente debilidad de un niño. ¡Qué gran lección! De Él recibimos todo”, expresó.
En su homilía, la autoridad vaticana invitó a dejarse “transformar por la presencia de este niño. El nacimiento del Hijo de Dios cambia todo, hace nueva nuestra vida. El Salvador del mundo viene a asumir nuestra naturaleza humana: no estamos más solos y abandonados. Dios está con nosotros”.
“En este niño contemplamos la misericordia de Dios y su amor infinito por nosotros. Ante la sordera y el rechazo de muchos, queremos acoger esta buena noticia, queremos acoger a Jesús en nuestros corazones. ‘A todos los que lo recibieron, les dio poder para convertirse en hijos de Dios’”, afirmó.
En ese sentido, el Cardenal Parolin invitó a dejarse tocar “por la ternura de Dios que nos salva” y agradecer “la belleza de ser amados por Dios”.
En su homilía, el Purpurado recordó los recientes años de persecución que afrontaron los cristianos iraquíes ante la irrupción del grupo terrorista Estado Islámico. “El misterio de la Navidad los estimula a ofrecer generosamente su contribución a este país que aman, a esta sociedad a la que pertenecen como miembros plenos y al mundo entero”, señaló.
La autoridad vaticana indicó que la presencia de los cristianos en Medio Oriente “sigue siendo la presencia de Jesús”. Ustedes, afirmó, tienen la misión insustituible de ser “constructores de reconciliación y paz, testigos de amor y perdón, de comunión y fraternidad, de vida de servicio y de caridad como fuente de bien y de bendición para todos”.
“Les insto a continuar viviendo su pertenencia a la Iglesia y su misión con generosidad y gratitud, con confianza y esperanza, en esta tierra donde comenzó la historia de la salvación, que hoy continúa a través de ustedes. Es una historia marcada por tribulaciones y dolor, pero nunca carente de la fidelidad y el apoyo de Dios”, expresó.
El Cardenal Parolin les aseguró que el Papa Francisco “los lleva a su corazón y siempre ora por ustedes”.
“Gracias por su testimonio de fe, probada también por el sufrimiento y el martirio. Este testimonio ha sido y sigue siendo un tesoro para toda la Iglesia. Permanezcan firmes en la fe y el amor”, alentó.
Publicar un comentario