En Afganistán, las celebraciones católicas también son víctimas de la fuerte tensión que se vive en un país en guerra desde hace 40 años, pero no son motivo para que durante las fiestas no se sienta la necesidad de estar juntos, de orar, de compartir pensamientos, de alimentar las relaciones fraternales; así lo explicó el P. Giovanni Scalese, religioso barnabita de la Missio sui iuris en el país.
Según informó la agencia vaticana Fides, el P. Scalese dijo que en los días inmediatamente posteriores a la Navidad, todos los religiosos en el país tendrán un encuentro para rezar juntos y compartir, pues las fiestas constituyen una oportunidad para orar, incluso para aquellos que participan menos de la vida de la Iglesia durante el resto del año.
"¿Cómo se prepara esta pequeña comunidad para las fiestas? En la sencillez. Comenzamos nuestra preparación a fines de noviembre con la celebración de la novena de la Inmaculada. El 2 de diciembre, bendecimos la corona de Adviento y encendimos su primera vela para comenzar el tiempo especial de preparación para la venida de Cristo. El domingo 16 de diciembre iluminamos el árbol de Navidad frente a la iglesia y comenzamos otra novena", dijo el P. Scalese.
En cuanto al 24 de diciembre, el barnabita explicó que la Navidad se anuncia con el canto de la kalenda y durante la Misa del Gallo se bendice el pesebre.
“La celebración será por la tarde porque, por motivos de seguridad, no podemos hacerla durante la noche", señaló. El día de Navidad, las Misas se celebrarán en la base de la OTAN y en la iglesia de la misión, donde probablemente participen más personas.
La presencia de religiosos cristianos en territorio afgano está vinculada exclusivamente a actividades caritativas o militares. Indicó que son misioneros comprometidos en iniciativas humanitarias que tienen prohibida la evangelización, o capellanes militares. En cualquier caso "siempre insuficiente en comparación con las necesidades", señaló.
La única parroquia católica en Afganistán se encuentra dentro de la embajada de Italia en la capital Kabul y asisten unas cien personas, casi exclusivamente miembros de la comunidad diplomática internacional.
En Afganistán la Constitución del 2004 define al país como una "República islámica". El artículo 2 garantiza a los no musulmanes el derecho de profesar libremente su propia religión, pero dentro de ciertos límites.
Afganistán sigue sumergido en la violencia y la inestabilidad. Las últimas elecciones presidenciales de octubre se dieron entre ataques y amenazas de muerte contra candidatos y votantes, con unos 30 muertos y decenas de heridos.
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