El 30 de enero el Papa Francisco recibió al Cardenal Blase Cupich, Arzobispo de Chicago (Estados Unidos), quien se encontraba en Roma para una reunión de la Congregación para los Obispos a la que pertenece.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede no dio detalles sobre el encuentro y solo se limitó a informar que la audiencia se realizó. Algunos medios especularon que habría sido para tratar lo que sucedió 10 días antes, cuando el Cardenal públicamente criticó la declaración oficial de los obispos estadounidenses el día de la investidura del presidente Joe Biden.
Sin embargo, fuentes en Roma indicaron a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, que el Cardenal Cupich no se encontró con el Papa para hablar de eso sino sobre lo que podría pasar en un futuro cercano: el Cardenal Blase Cupich podría reemplazar al Cardenal Marc Ouellet como prefecto de la Congregación para los Obispos.
Según una fuente, el Papa Francisco estaría “considerando seriamente hacer un nombramiento sorpresa, un obispo de las periferias” para reemplazar al Cardenal Ouellet, uno de los varios jefes de dicasterios que ya han llegado a la edad de retiro.
La misma fuente dijo que el candidato más probable es el Obispo de Chiclayo (Perú), Mons. Robert Francis Prevost, un misionero agustino nacido en Chicago que ha pasado buena parte de su vida pastoral en el norte del país sudamericano antes de ser nombrado en 2015 en la diócesis que lidera actualmente. El Papa Francisco también lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos en noviembre de 2020 y es uno de los pocos miembros que no es cardenal.
Sin embargo, una fuente dijo que el Papa ha comenzado a conocer más del Cardenal Cupich debido a su perfil más alto y al “mensaje que su nombramiento daría respecto al tipo de obispos que él quiere para la Iglesia”.
La responsabilidad primaria de la Congregación para los Obispos es supervisar la selección y el nombramiento de obispos. También tiene que ver con la erección o supresión de diócesis, así como la preparación y respuestas a las visitas ad limina que hacen los obispos de todos los países a Roma.
El prefecto de la Congregación para los Obispos no tiene poder ilimitado para el nombramiento de obispos. Este proceso comienza con una serie de consultas a nivel local, seguido por una recomendación hecha por el nuncio apostólico. Luego se prepara un expediente o dossier, usualmente hecho por los oficiales del dicasterio y se dialoga entre todos los miembros bajo la presidencia del prefecto.
El proceso puede volver al nuncio apostólico si es que no se encuentra un candidato adecuado. Finalmente se presenta uno o varios nombres al Santo Padre quien decide quién será el futuro obispo.
Sin embargo, el prefecto de la Congregación sí tiene gran influencia, remarcó una fuente a CNA.
“El prefecto de la Congregación para los Obispos no solo tiene un papel significativo en el proceso (de nombrar obispos) sino que es uno de los pocos miembros de la Curia Romana que se encuentra con el Santo Padre regularmente, casi todos los sábados”, explicó la fuente.
El Cardenal Ouellet, que fue antes Arzobispo de Québec (Canadá) tiene una amplia experiencia eclesial. Es miembro de la Compañía de Sacerdotes de San Sulpicio (Sulpicianos), fue profesor de teología, misionero en Colombia y secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, antes de ser designado Arzobispo de Québec y Primado de Canadá por el Papa San Juan Pablo II en 2002.
El Papa Benedicto XVI lo designó prefecto de la Congregación para los Obispos en 2010. Al ser prefecto de esta congregación automáticamente se convirtió en presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
El Cardenal Ouellet, que habla fluidamente inglés, español, francés e italiano, llegó a la edad de retiro de 75 años en junio de 2020.
El perfil del Cardenal Blase Cupich
Sacerdote incardinado en su nativa Arquidiócesis de Omaha en el estado de Nebraska (Estados Unidos) Blase Cupich fue designado en 1998 para suceder al Obispo Charles Chaput en la Diócesis de Rapid City, en el estado de Dakota del Sur.
El Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo de Spokane en 2010 y en 2014 el Papa Francisco aceptó la renuncia del Cardenal Francis George como Arzobispo de Chicago y nombró a Cupich como su sucesor.
La carrera episcopal del Cardenal Cupich no ha estado libre de controversias. En Rapid City, antes de que el Papa Benedicto XVI liberalizara la posibilidad de celebrar la Misa en latín sin permiso del obispo, el entonces Obispo Cupich prohibió que los niños recibieran la Primera Comunión en esas misas.
En Spokane en 2011, Cupich pidió a los sacerdotes y seminaristas en su diócesis que se abstuvieran de participar en las demostraciones frente a las clínicas abortivas de Planned Parenthood en apoyo de la campaña “40 Días por la Vida” que desde hace casi dos décadas busca poner fin al aborto en todo el mundo.
En respuesta a las protestas en la diócesis por la orden de Cupich, la Diócesis de Rapid City emitió un comunicado en el que se indicaba que “el Obispo reconoce que un sacerdote en conciencia puede sentir la necesidad de participar en las vigilias y nunca debe sentirse forzado a ir en contra de una conciencia informada. El Obispo solo pidió a los sacerdotes que reflexionen en oración en lo que él les dijo, para que se comprometan a hacer que la enseñanza sea su primera prioridad y a tener en cuenta el irremplazable poder del testimonio de su unidad con el otro”.
No se sabe cómo el entonces Obispo de Spokane atrajo la atención del Papa Francisco, pero sí es claro que el Papa lo apoyó rápidamente. En 2015 lo nombró para participar en el Sínodo de los Obispos aunque la Conferencia Episcopal Estadounidense (USCCB) no lo había elegido para participar.
En el Sínodo el Cardenal Cupich apoyó la controvertida propuesta de dar la Comunión, en algunas circunstancias, a los divorciados en nueva unión. Luego del Sínodo, la exhortación apostólica Amoris laetitia generó una serie de críticas y confusión respecto a lo que se percibía como una falta de claridad sobre el tema.
En 2016 el Papa Francisco lo nombró miembro de la Congregación para los Obispos, una designación que fue vista como una directiva para reemplazar al Cardenal estadounidense Raymond Burke, cuya pertenencia al dicasterio no fue renovada.
Poco después ese mismo año, Cupich fue creado cardenal. Inmediatamente el Papa le confió varias tareas, expresando abiertamente su apoyo así como a sus posiciones teológicas y pastorales.
Al Cardenal Cupich se le pidió de manera particular difundir y promover la exhortación apostólica Amoris laetitia en Estados Unidos.
Sin embargo, su popularidad con el Papa Francisco nunca se ha visto reflejada en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) donde ha participado en varios comités pero donde siempre ha perdido en elecciones o propuestas importantes.
Según las fuentes consultadas por CNA, si el Cardenal Cupich llega a convertirse en prefecto de la Congregación para los Obispos, el Obispo de San Diego, Mons. Robert McElroy, que cumplirá 67 años el 5 de febrero, sería el candidato para convertirse en el nuevo Arzobispo de Chicago.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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