El Santo Padre ha recibido al personal del Tribunal de la Rota Romana y ha expresado su deseo de que los procesos sean gratuitos
Ciudad del Vaticano, 23 de enero de 2015 (Zenit.org) Rocío Lancho García | 52 hits
Los sacramentos son gratuitos. Los sacramentos nos dan la gracia. Y un proceso matrimonial toca el Sacramento del matrimonio. ¡Cuánto me gustaría que todos los procesos fueran gratuitos! Así lo ha exclamado el santo padre Francisco en la audiencia con los prelados auditores, oficiales y abogados del Tribunal de la Rota Romana.
Durante su discurso, el Papa ha reflexionado sobre el contexto humano y cultural en el que se forma la intención matrimonial. A propósito de esto, Francisco ha observado que la crisis de los valores en la sociedad es un un fenómeno reciente. De hecho, “el abandono de una perspectiva de fe conduce inexorablemente a una falsa comprensión del matrimonio, que no queda sin consecuencias en la maduración de la voluntad nupcial”.
Por un lado, el Señor concede a la Iglesia la alegría por muchas familias que “apoyadas y alimentadas por una fe sincera, realizan con la fatiga y la alegría de lo cotidiano los bienes del matrimonio, asumidos con sinceridad en el momento de la boda y perseguidos con fidelidad y tenacidad”; pero por otro, la Iglesia conoce también “los sufrimientos de muchos núcleos familiares que se rompen, dejando atrás los escombros de relaciones afectivas, de proyectos, de expectativas comunes”. El juez, por tanto, está llamado a trabajar su análisis judicial cuando hay duda sobre la validez del matrimonio. De este modo, el Santo Padre ha señalado que la crisis del matrimonio “tiene a menudo en su raíz la crisis de conocimiento iluminado de la fe, es decir, de la adhesión a Dios y a su diseño de amor realizado en Jesucristo”.
A propósito, el Papa ha observado que la experiencia pastoral nos enseña que hoy hay un gran número de fieles en situación irregular, “sobre cuya historia ha tenido una fuerte influencia la difundida mentalidad mundana”. De este modo, ha recordado que el juez, al valorar la validez del consentimiento “debe tener en cuenta el contexto de valores y de fe --o de su carencia o ausencia-- en la que la intención matrimonial se ha formado. De hecho, ha indicado, “el no conocimiento de los contenidos de la fe podría llevar a lo que el Código llama error determinante de la voluntad”. Por eso, Francisco ha precisado que esta eventualidad ya no se considera excepcional como en el pasado, debido a la frecuente prevalencia del pensamiento mundano sobre el magisterio de la Iglesia.
Así, el Pontífice ha exhortado a los presentes a un mayor y apasionado compromiso en su ministerio, “que sirve para salvaguardar la unidad de la jurisprudencia en la Iglesia”. De este modo, ha señalado lo difícil de esta misión “no cerrar la salvación de las personas dentro de las construcciones del legalismo”.
Además, el Papa ha considerado útil recordar “la necesaria presencia en cada Tribunal eclesiástico de personas competentes que presten asistencia y consejo sobre la posibilidad de introducir una causa de nulidad matrimonial, mientras que también se requiere la presencia de patrones estables, retribuidos por el mismo tribunal, que ejerzan el oficio de abogados”.
Finalmente, el Obispo de Roma ha subrayado que un relevante número de causas en la Rota Romana son de patrocinio gratuito a favor de partes que, por las malas condiciones económicas en las que están, no son capaces de procurarse un abogado.
(23 de enero de 2015) © Innovative Media Inc.
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