ATLANTA, 02 Jul. 14 / 01:02 pm (ACI ).- La joven madre cristiana que había sido condenada a muerte en Sudán por “apostasía”, Meriam Ibrahim, concedió una entrevista a la cadena internacional CNN en la que habla por primera vez de su odisea en la cárcel y ahora para viajar a Estados Unidos; y comparte sus temores ante las acusaciones de las autoridades locales que le impiden salir del país.
Luego de haber sido liberada y arrestada nuevamente, Meriam se encuentra ahora en una casa en Kartum en donde está segura. Desde allí dijo a CNN que antes de dar a luz a su hija en la cárcel en la que estaba “solo podía pensar en mi hijos y en cómo iba a ser el parto. Lo que más me asustaba era la idea de alumbrar en prisión”.
“Di a luz encadenada en mis piernas. No podía abrirlas y por eso las mujeres tuvieron que levantarme para llegar a la mesa sobre la cual no podía apoyarme”, recuerda.
Estas circunstancias, que generaron una serie de problemas para el parto, podrían tener efectos serios en la salud de su hija. “No sé si en el futuro ella necesitará ayuda o no para caminar”, dice Meriam.
Meriam enfrenta ahora una acusación por supuestamente haber falsificado el pasaporte con el que busca salir de Sudán, algo que ella niega rotundamente. “¿Cómo puede mi documentación estar mal? Todo salió de la embajada. Es 100 por ciento correcto y fue aprobado por el embajador de Sudán del Sur y el embajador de Estados Unidos”.
Sudán del Sur, país mayoritariamente cristiano, se separó hace unos años de Sudán, mayoritariamente musulmán, luego de una guerra civil. El esposo de Meriam, Daniel Warni, tiene doble nacionalidad: es sudanés del sur y estadounidense.
Meriam comenta luego que “la embajada de Sudán del Sur asumió la responsabilidad y entregó los documentos. Es mi derecho usarlos y tener un pasaporte de Sudán del Sur porque mi esposo es un ciudadano de ese país. Él tiene un pasaporte estadounidense y uno de Sudán del Sur”.
La joven mujer recuerda asimismo lo “terrorífico” que fue cuando la policía sudanesa la arrestó a ella y a su esposo. “Estábamos asustados y preguntándonos qué estaba mal. Nos encerraron en un cuarto durante unas cuatro o cinco horas y todo el tiempo estuvimos tratando de adivinar cuál fue el problema”.
Meriam afirma que las acusaciones contra ella y su esposo no son ciertas y que los cargos ante la corte se presentaron antes que la policía investigase. “Ahora no puedo ni siquiera decidir lo que debo hacer. Quiero viajar pero al mismo tiempo ya no quiero viajar. Pero en el estado en el que estoy hace que me vea forzada a ello. Todos los días aparece un nuevo problema para poder salir”, afirma.
Tras comentar que “no sé cuál es su problema (de las autoridades), la madre cristiana dice sobre su esposo Daniel que “si algo nos pasa él es el responsable ante todos. Esto es protección y algo mejor para nosotros. Iré adonde él nos lleve, eso no es un problema”.
“Siempre he sido cristiana. No podría haber sido musulmana con las cosas que ellos dicen y la forma en que me tratan – con un seikh distinto viniendo a hablarme de vez en cuando y las mujeres en prisión diciéndome todo tipo de cosas como ‘no comas la comida de la infiel’ y señalándome como ‘cristiana’– Siempre que había estos diálogos la policía también se les unía”, concluye.
Meriam, de 27 años, fue condenada a muerte tras ser acusada de renunciar al Islam por tres personas que fraudulentamente aseguraron ser sus hermanos y su madre. La joven asegura ser cristiana, y haber sido criada como tal por su verdadera y fallecida madre, luego de que su padre musulmán las abandonara cuando ella tenía solo 6 años.
Las autoridades islámicas la condenaron además a 100 latigazos por el delito de adulterio, pues su matrimonio con Daniel Wani no es reconocido como tal bajo la ley musulmana.
Tras ser advertida por un religioso musulmán del peligro para su vida y luego de habérsele ofrecido volver al Islam, Meriam aseguró que "soy cristiana y seguiré siendo cristiana".
Etiquetas: cristianos perseguidos, Sudán, Meriam, Meriam Ibrahim
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