Durante la noche del viernes, la Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó que se elimine la prohibición de las celebraciones religiosas en interiores de iglesias, sinagogas y otros lugares de culto de California, al considerar que las estrictas órdenes del gobernador Gavin Newsom frente al COVID-19 violan el libre ejercicio de la religión amparado en la Constitución.
La firma de abogados Becket, anunció que la Corte Suprema falló el 5 de febrero con 6 votos a favor y 3 en contra en los casos “South Bay United Pentecostal Church v. Newsom” y “Harvest Rock Church v. Newsom”.
Los denunciantes, dos iglesias cristianas, demandaron a Newsom con el fin de impugnar la prohibición total de los servicios de adoración en interiores. Según Becket, la disposición estatal contradictoriamente permitía que tiendas minoristas no esenciales, como Macy's, abran a cientos de clientes, así como salones de belleza, salones de uñas y escenarios de sonido de Hollywood.
El Arzobispo de San Francisco, Mons. Salvatore Cordileone, uno de los principales críticos de la prohibición completa al culto religioso en las iglesias, se refirió a la reciente decisión de la corte en un comunicado compartido con ACI Prensa. Afirmó que es “un paso adelante en la protección de los derechos fundamentales”.
“Esta decisión deja en claro que ahora podemos volver a adorar de forma segura en el interior sin riesgo de acoso por parte de los funcionarios del gobierno”, dijo el prelado en un comunicado publicado el 6 de febrero.
Mons. Cordileone dejó que claro que “como cristianos somos miembros de una Iglesia, lo que literalmente significa una asamblea de personas que se unen para adorar a Dios”. “Esta es nuestra identidad, está en nuestra propia naturaleza reunirnos en persona para dar honor y gloria a Dios”.
Agregó que, especialmente los católicos, “sabemos que nuestro culto no se puede transmitir en vivo: no hay forma de dar la Comunión, ni ninguno de los otros sacramentos a través de Internet”.
El Arzobispo de San Francisco reiteró que la Corte Suprema “ha dejado muy claro al gobierno de California que permitir esto es un derecho fundamental y la ley del país”.
“Confío y espero que nuestros funcionarios estatales aprecien el cuidado que hemos tenido durante toda esta crisis para proteger la salud pública con máscaras, distanciamiento social y otras medidas razonables”, continuó.
Uno de los jueces supremos, Neil Gorsuch, declaró que “ahora que esta crisis entra en su segundo año, y se cierne sobre una segunda Cuaresma, una segunda Pascua y un segundo Ramadán, es demasiado tarde para que el Estado defienda medidas extremas con reclamos de exigencia temporal, si es que puede hacerlo”.
En ese sentido, cree que “si Hollywood puede albergar una audiencia dentro de un estudio o filmar una competencia de canto mientras ni una sola alma puede ingresar a las iglesias, sinagogas y mezquitas de California, algo ha salido muy mal”.
Eric Rassbach, vicepresidente y abogado principal de Becket, dijo que “California no tenía derecho a declararse una zona libre de la religión cuando todos los demás estados del país han descubierto una manera de permitir el culto y proteger la salud pública”.
Anteriormente, algunos estados imponían límites de aforo para el culto en interiores, independientemente del tamaño de la casa de culto, y por el contrario permitían que las empresas abrieran un porcentaje de la capacidad del recinto.
“Cuando se trata de los derechos de la Primera Enmienda, las cortes no deberían aprobar las restricciones de salud pública. Eso es especialmente cierto a medida que nos acercamos al primer aniversario de las órdenes de confinamiento. En cambio, las cortes deben equilibrar cuidadosamente el derecho al culto y la salud pública”, agregó Rassbach.
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