El próximo año se celebran los 100 años del fallecimiento de Santa Jacinta Marto, una de los videntes de Nuestra Señora de Fátima, y para conmemorar la fecha, el santuario mariano de Portugal prepara una celebración especial.
Jacinta de Jesús Marto falleció el 20 de febrero de 1920, a los nueve años de edad. Por ello, el Santuario de Fátima ha lanzado un programa para el 2020 con ocasión del centenario de su partida a la Casa del Padre.
El programa comenzará el 16 de febrero con el VI Concierto Evocador de los Tres Pastores de Fátima, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima. El 19 de febrero, a las 9:30 pm, se realizará una vigilia de oración, con el rezo del Rosario, procesión y veneración de las tumbas en la Capilla de las Apariciones.
El 20 de febrero, día del centenario del fallecimiento de la vidente y también fiesta litúrgica de San Francisco y Jacinta Marto, se rezará el Rosario en la Capilla de las Apariciones a las 10:00 a.m., seguido de una procesión con los íconos de los santos pastores a la Basílica de la Santísima Trinidad, donde la Misa se celebrará a las 11:00 a.m.
En este mismo día, entre las 2:00 p.m. y 4:00 p.m., se planean diversas actividades para niños y, a las 5:30 p.m. se realizará la oración de vísperas en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario.
En Lisboa el centenario del fallecimiento de Santa Jacinta será recordado el 20 de febrero de 2020 con una conferencia a las 3:00 p.m., en el Hospital D. Estefânia, local donde la pastorcita falleció. Luego, a las 4:00 p.m., el Patriarca de Lisboa, Cardenal Manuel Clemente, presidirá la Santa Misa.
Santa Jacinta Marto fue una de los tres pastorcitos videntes de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, ocurridas en 1917. Los otros dos fueron su hermano San Francisco Marto y su prima Lucía. Jacinta era la menor de los hijos del matrimonio de Manuel Pedro Marto y Olimpia de Jesus dos Santos.
Como recuerda el Santuario de Fátima, en su corta vida la pequeña pastora quedó impresionada por el sufrimiento de los pecadores, por lo que empezó a hacer oraciones y sacrificios recurrentes por la conversión, la paz en el mundo y por el Santo Padre.
Además, el amor a Nuestra Señora y el deseo de acercar su existencia al Corazón de Jesús llevaron a Jacinta a querer recorrer el mismo camino de Cristo.
El sitio web del Santuario señala que las adversidades que tuvo en su corta vida no hicieron que Santa Jacinta Marto perdiera la serenidad propia de aquellos quienes confían y aman a Dios, como lo hizo la Virgen María, su maestra en la escuela de santidad.
Su amor por el mundo también se recuerda durante su estadía en prisión en Ourém, cuando Lucía le pide que elija una intención por la cual ofrecer los sacrificios, dándole a escoger entre los pobres pecadores, el Santo Padre o en reparación al Inmaculado Corazón de María. Jacinta, entonces, no dudó en responder: “Lo ofrezco por todos, porque los quiero a todos”.
La niña partió a la casa del Padre el 20 de febrero de 1920. Junto con su hermano Francisco, fue beatificada por el Papa San Juan Pablo II el 13 de mayo de 2000 y canonizada por el Papa Francisco el 13 de mayo de 2017.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.
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