El Papa Francisco destacó este lunes 2 de diciembre la importancia de los empresarios y directivos para conseguir unas condiciones laborales justas y la búsqueda de la justicia social.
El Papa recibió en el Vaticano a directores de empresa y emprendedores procedentes de Francia a quienes recordó que “ocupáis puestos de responsabilidad en el sector económico y social”, por lo que les pidió que sean conscientes del papel que desempeñan “en el futuro de nuestras sociedades y del mundo”.
En su discurso, Francisco reconoció que “no es fácil, en la vida cotidiana, conciliar las exigencias de la fe y de la doctrina social de la Iglesia con las necesidades y los límites impuestos por las leyes del mercado y de la globalización”.
Sin embargo, defendió que “los valores evangélicos que queréis poner en práctica en la gestión de vuestras empresas, así como en las múltiples relaciones que mantenéis en el marco de vuestras actividades, pueden ofrecer la oportunidad para un auténtico e insustituible testimonio cristiano”.
“Nunca ha sido fácil ser cristiano y tener responsabilidades serias”, señaló. “Los conflictos de conciencia en las decisiones cotidianas que tenéis que tomar son numerosos: por un lado, la necesidad que se os impone (a menudo para la supervivencia de las empresas, de las personas que trabajan y de sus familias) de conquistar mercados, aumentar la productividad, reducir los retrasos, recurrir a los artificios de la publicidad, aumentar el consumo”.
Por otro lado, “las exigencias cada vez más urgentes de la justicia social, para garantizar a todos la posibilidad de ganarse la vida dignamente”.
El Pontífice citó algunos retos actuales: las condiciones de trabajo, los salarios, las ofertas de trabajo, la estabilidad laboral, la protección del medio ambiente. “¿Cómo vivir estos conflictos con serenidad y esperanza, mientras el empresario cristiano a veces se ve llevado a acallar sus convicciones e ideales?”.
“Tenéis un papel esencial que desempeñar”, contestó el Papa. “Porque, incluso de forma modesta, en algunos cambios concretos de hábitos y estilo, ya sea en las relaciones con vuestros colaboradores directos, o mejor todavía en la difusión de nuevas culturas empresariales, es posible actuar para cambiar las cosas de forma concreta y, poco a poco, educar el mundo del trabajo a un nuevo estilo”.
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