ROMA, 26 Ago. 17 / 02:07 pm (ACI).- El vaticanista italiano Andrea Tornielli compartió este sábado 26 de agosto un artículo en el que cuenta que el Beato Papa Pablo VI escribió a mano dos cartas de renuncia al pontificado, que solo debían hacerse públicas en el caso de que perdiera la capacidad de liderar a la Iglesia por un largo periodo de tiempo.
Tornielli, vaticanista del diario italiano La Stampa y director de Vatican Insider, refiere que aunque Pablo VI nunca llegó a presentar las cartas, estas sí existen. La confirmación provino del Cardenal Giovanni Battista Re, Prefecto Emérito de la Congregación para los Obispos.
El Cardenal hizo esta revelación a la revista italiana Araberara donde comentó que las dos misivas “me las enseñó Juan Pablo II”.
En declaraciones a La Stampa, el Cardenal italiano explicó que “eran dos cartas escritas a mano, no recuerdo exactamente la fecha, pero no se trataba del último periodo de vida del Papa Montini. Me parece que eran de finales de los años sesenta o de 1970”.
Pablo VI, prosiguió el Cardenal, “estaba preocupado por una posible futura inhabilidad, de un grave impedimento que no le permitiera desempeñar su ministerio, y por esto quiso cautelarse”.
Pablo VI, cuyo nombre al nacer fue Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, fue Papa entre 1963 y 1978, año de su fallecimiento.
Tornielli recuerda que Pablo VI quería estar prevenido ante la posibilidad de que perdiera el uso de sus capacidades mentales, considerando además que en noviembre de 1967 el Papa fue sometido a una cirugía de próstata con anestesia total en un quirófano improvisado en el aposento papal.
“¿Qué habría sucedido si, por ejemplo, no se hubiera despertado y hubiera permanecido en coma durante un periodo largo? Para tratar de resolver el dilema, frente a la mayor longevidad de las personas debido a los descubrimientos de la medicina, el Papa decidió cautelarse con dos declaraciones autógrafas”, refiere Tornielli.
Estas cartas, continuó, “debían salir a la luz solamente si ya no hubiera sido capaz de hacer presente su voluntad (cosa que hizo claramente Benedicto XVI en 2013, con pleno dominio de sus facultades y de su libertad para decidir, por lo que ambos casos no pueden ser comparables)”.
“Estamos aquí frente a un caso histórico muy diferente del de la renuncia por ancianidad o porque faltan las fuerzas, como sucedió por primera vez en la historia de la Iglesia en febrero de 2013 con el gesto de Benedicto XVI”.
La renuncia del Romano Pontífice entró al Código de Derecho Canónico en 1917 y continúa en el Código actual vigente, promulgado en 1983.
Una de las cartas de Pablo VI tenía como fin presentar la renuncia mientras que la segunda solicitaba al Cardenal Secretario de Estado “pro tempore” –su principal colaborador– que insistiera a los cardenales que aceptaran la primera.
Las cartas deberían encontrarse en el archivo de la Secretaría de Estado, pero el secretario particular de Pablo VI, P. Pasquale Macchi, fallecido en 2006, conservó una copia.
Mons. Ettore Malnati, amigo del P. Macchi, confirmó también la existencia de los documentos y contó que las cartas las conoció el entonces Cardenal Joseph Ratzinger.
Mons. Malnati relató que esto sucedió en octubre de 2003 y compartió la reacción de quien en 2005 se convertiría en el Papa Benedicto XVI.
“Recuerdo que el Cardenal Ratzinger dijo algo como: ‘Esta es una cosa muy sabia, que cada Papa debería hacer’”.
La reflexión de otros Papas
Antes de Pablo VI, ya otros Papas habían considerado la posibilidad de renunciar: “Pío XI meditó sobre la posibilidad de abandonar su ministerio en caso de enfermedad, mientras que Pío XII predispuso algo semejante en caso de deportación por parte de los nazis: ‘Si me secuestran, tendrán al Cardenal Pacelli, no al Papa’”, escribió Tornielli.
Es también significativo, resaltó el vaticanista, “que Juan Pablo II le haya enseñado estos documentos al Cardenal Re, pues el Papa polaco sufrió el Parkinson y, con la degeneración de su salud, tomó en consideración también la posibilidad de renunciar”.
También el Papa Francisco se ha referido en distintas ocasiones a la posibilidad de renunciar al pontificado, agradeciendo incluso a Benedicto XVI por haber abierto la puerta a la existencia de los Papas Eméritos.
En junio de este año, al recibir a los obispos panameños con quienes dialogó sobre diversos temas como la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en enero de 2019, Francisco dijo sobre el evento que “el Papa va a ir. Voy yo o el otro, pero el Papa va a ir”.
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