Según informa CNN, la bebé recibió el nombre de Amel que significa “esperanza” y nació horas después de que su familia fuese una de las víctimas de un bombardeo cuando se encontraba en su vivienda el 18 de septiembre.
Su madre, Amira, sufrió heridas en el rostro y en el cuerpo, según afirmó el portavoz del hospital Mashfa al Midani de Alepo que explicó que la mujer embarazada llegó al centro médico con sus otros tres hijos levemente heridos.
Los médicos del hospital han explicado que al llegar, la madre “parecía triste y confusa” y “sangraba por varias partes del cuerpo, incluido el vientre”.
Los profesionales tomaron la decisión de someterla a una cesárea de emergencia y en la intervención quirúrgica observaron que una esquirla había traspasado el cuerpo de la madre y se había incrustado en la frente de la pequeña.
“No sabemos si la niña salvó a la madre de la metralla o fue la madre la que salvó a su hija”, afirmó a la CNN uno de los doctores que participó en la operación, que luego añadió: “pero sí sabemos que el diabólico régimen (de Siria) intentó matarlas a las dos”.
La guerra en Siria estalló a causa de las diferencias entre las diferentes corrientes islámicas del país: los shiítas y los sunitas. El Presidente, Bashar al-Assad, pertenece a la minoría alauí shiíta pero en Siria la mayoría es sunita.
A todo esto se une la irrupción del autodenominado Estado Islámico, el grupo terrorista islamista que persigue a los cristianos y otras minorías religiosas haciéndoles huir de sus casas y dejando atrás sus propiedades.
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— ACI Prensa (@aciprensa) enero 23, 2015
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