DENVER, 29 Nov. 17 / 06:04 pm (ACI).- Anthony Cipolle “vivía como una estrella de rock” y despilfarraba todo su dinero hasta que las constantes e insistentes oraciones de su madre lograron que volviera a la fe católica y se ordenara sacerdote.
El P. Cipolle tiene 52 años. En entrevista con el periódico PressHerald contó la historia de su vocación, que llegó a su culmen el día de su ordenación el pasado 18 de noviembre en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Portland, estado de Oregon, Estados Unidos.
En diálogo con el medio estadounidense, Cipolle narró que creció en el estado de Massachusetts y que, cuando era niño, su padre solía leerles a sus hermanos y a él historias de la Biblia antes de dormir. “Recuerdo que él me enseñó a rezar el Padrenuestro, ‘la oración del Señor’”, dijo.
Su madre, Louise, solía llevarlo a Misa casi todos los días, pero eventualmente él se alejó de la fe. Decidió abandonar la escuela secundaria para trabajar y su novia quedó embarazada. Se casaron por la ley civil y, tras el nacimiento de su hijo Mark, se mudaron a Chicago.
Allí Anthony fundó un negocio de gasfitería que tuvo mucho éxito. Sin embargo, su matrimonio fracasó y se divorció. Después vendió su empresa y vivió de sus rentas por tres años “como una estrella de rock. Despilfarré todo el dinero”
Mientras llevaba un estilo de vida libertino, su madre rezaba y ofrecía la Misa diaria para que su hijo cambiara.
El regreso a casa
Cuando Anthony se quedó sin dinero, comenzó a trabajar en la venta de autos y se hizo amigo del P. John Kilmartin, un sacerdote católico que solía ir al taller para reparar su auto.
Anthony narró a PressHerald que dejó su empleo para ser el administrador de la parroquia del P. Kilmartin. Indicó que le conmovía ver al presbítero “llevar los sacramentos a los enfermos y a los moribundos. Vi la alegría en los bautizos, en las bodas”.
“Un día, estaba en un punto bajo de mi vida y quería empezar de nuevo. Quería el perdón de Dios. Pero al pensar en ello, no podía recordar todos mis pecados. Yo no calificaba para esa cosa del perdón”, afirmó.
Anthony también comenzó a rezar el Padrenuestro y ponía énfasis en la frase “perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
“Todo cambió en mi vida cuando la paz vino a mí. La forma en la que hablaba, caminaba, lo que decía y las personas que frecuentaba”, manifestó.
En el año 2007, Anthony decidió volver a la fe y empezó a estudiar el Catecismo y la Biblia. Mientras profundizaba en la fe, empezó a preguntarse seriamente sobre si estaría llamado al sacerdocio.
La vocación
Tras la muerte del P. Kilmartin, Anthony Cipolle consiguió una beca para estudiar filosofía en la Universidad de Boston, donde se graduó en 2012. Un sacerdote que era decano en el centro de estudios, el P. James Woods, lo contactó con la diócesis de Portland e ingresó al Seminario Nacional San Juan XXIII, en Massachusetts, donde se forman los seminaristas mayores de 30 años.
No tenía impedimentos para ordenarse como sacerdote pues, cuando se casó no lo hizo por la Iglesia y su hijo Mark, actualmente de 33 años de edad, ya veía por sí mismo.
Sobre su vocación, Anthony Cipolle dijo a la diócesis de Portland que “nunca dudé, en esos nueve años, que era mi llamado. Sabía que estaba haciendo la voluntad de Dios. Que estaba donde Dios quería que estuviese”.
En el día de su ordenación sacerdotal, que fue presidida por Mons. Robert Peter Deeley, Obispo de Portland, estuvieron presentes su madre Louise, de 91 años, y su hijo Mark, que a su vez tiene dos hijos.
PressHerald indicó que Anthony ha sido designado vicario parroquial de la Parroquia San Pablo el Apóstol y asumirá sus funciones el 1 de diciembre.
El nuevo presbítero expresó que está ansioso por impartir el sacramento de reconciliación. “Tú nunca puedes dar algo que no tienes y yo he recibido mucha misericordia. La misericordia es el amor que sobrepasa a la justicia”, agregó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 7 de octubre de 2017
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