Parapléjico camina al ser tratado con células madre adultas. http://t.co/ePoIx0n0no pic.twitter.com/0qaf1M2Pgt
— Ciencia y Fe (@CienciaFe) febrero 8, 2015
“Sin duda, se trata de un importante avance médico con objetivas implicaciones éticas, pues en este caso se han utilizado para el trasplante células adultas, cuyo uso, como se sabe, no presenta ninguna dificultad ética, con las ventajas médicas que implica el uso de células del propio paciente”, señalan desde el Observatorio de Bioética de la Universidad.
Este logro demuestra que la investigación con células madre adultas –en este caso extraídas del propio paciente-, puede ofrecer grandes resultados sin necesidad de recurrir a las células madre embrionarias, que exige sacrificar embriones humanos y que hasta el momento no ha logrado resultados.
El paciente que ha permitido el descubrimiento quedó parapléjico tras sufrir una lesión de la médula espinal y fue tratado con una terapia autóloga con células madre adultas.
Después de 21 días de haber sufrido el trauma, las células fueron recogidas del bulbo olfatorio -una región del sistema nervioso central-, y cultivadas para diferenciarlas en células de glía envolvente olfatoria y en fibroblastos del nervio olfativo.
Después se trasplantaron las células del bulbo olfatorio por encima y por debajo de la lesión, y posteriormente el paciente fue sometido a un intenso programa de neuro-rehabilitación.
Después de 19 meses no se detectaron en el paciente efectos adversos ni deficiencia olfatoria, siendo este uno de los principales temores tras haber resecado uno de sus bulbos olfatorios.
Tras el trasplante la persona mejoró su estabilidad, recuperó parcialmente los movimientos voluntarios de las extremidades inferiores y aumento la masa muscular en la pierna izquierda. También recuperó sensaciones viscerales y mejoró la autorregulación vascular de dicha pierna. Todo ello parece apoyar que se había producido una regeneración de las fibras nerviosas.
Según los autores, esta es la primera vez que se constata una mejoría clínica tras una lesión espinal después de ser tratada con células del bulbo olfativo del propio paciente.
Estudios similares fueron probados en animales demostrando que el propio individuo puede ser su propio donante de células y que no es necesario modificar genéticamente, ni de ninguna otra forma, la glía envolvente para obtener efectos positivos.
Según se comenta el Diario Médico, aunque este tratamiento no es generalizable a todo tipo de lesión de la médula espinal, científicos de distintos países han calificado este logro como un “gran avance médico” y animan a seguir investigando.
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