Floribeth Mora Díaz en la entrevista que le hizo Pepe Alonso en "Nuestra Fe en Vivo" de EWTN
MÉXICO D.F., 23 Oct. 13 / 11:25 am (ACI/EWTN Noticias ).- Visiblemente conmovida y arrodillada ante la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, Floribeth Mora Díaz, la costarricense que fue sanada de un aneurisma cerebral por intercesión del beato Juan Pablo II, milagro que lo llevará a los altares el domingo 27 de abril de 2014, dio gracias a Dios por haberle brindado una segunda oportunidad de vida junto a su familia.
Según señala el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), Floribeth viajó a la Ciudad de México, invitada por la fundación "Busca la Paz" para participar en la Misa que se realizó el 22 de octubre en la Basílica de Guadalupe con motivo de la fiesta del Beato Juan Pablo II, así como para ofrecer su testimonio ante diversas comunidades católicas.
Acompañada de su esposo, Edwin Arce y dos de sus cuatro hijos, esta mujer de 50 años de edad rezó ante la imagen de la Virgen Morena, recorrió las instalaciones del Santuario Guadalupano, posó ante la estatua de Juan Pablo II y compartió su fe y gestos de cariño con los fieles que salían a su encuentro.
"Para mí es un honor estar en México, estoy muy agradecida con Dios con este privilegio de estar junto a la Virgen de Guadalupe, no saben cuantas peticiones le traigo desde mi país, que es muy guadalupano. Ahora en el silencio de la Misa tuve una conversación con Ella (la Virgen) para pedirle que escuchara todas las súplicas que traigo en mi corazón de cada unos de esos enfermos, de cada una de esas personas que requieren su intercesión en mi país", expresó Floribeth muy emocionada.
La historia del milagro se inició en abril de 2011, cuando Mora Díaz fue diagnosticada de un aneurisma cerebral grave, por lo que los médicos le daban un mes de vida. "Fue algo horrible, de ver sufrir a mis hijos, a mi familia y yo sufriendo porque no los iba a ver. Mi parte humana tenía miedo a la muerte porque fe en Dios siempre he tenido", compartió.
Esa fe la llevó a aferrarse más a "mi santo Juan Pablo II, porque para mí no es santo el 27 de abril, sino desde que estaba vivo" y pedirle "tú que estás tan cerca del Señor dile que no me deje morir".
Sus ruegos fueron escuchados la mañana del 2 de mayo de 2011, un día después de la beatificación de Juan Pablo II. Con mucho esfuerzo, Floribeth había podido ver la ceremonia por televisión. "El día siguiente fue el más maravilloso de mi vida, fue cuando escuche en mi cuarto esa voz que me decía ‘levántate, no tengas miedo’", allí empezó su recuperación.
Cuando el médico confirmó que estaba sana, Floribeth decidió contar lo que había sucedido y escribió su testimonio. Semanas después la contactaron del Vaticano, comenzaron a practicarle nuevos estudios en Costa Rica y en Roma para certificar la curación milagrosa.
Dar testimonio de su historia se ha convertido en la "prioridad número uno" para Floribeth. En su natal país visita enfermos, parroquias y va a todos los lugares donde la invitan a dar testimonio porque "sólo así se proclama la fe en el Señor".
"Ahora todo lo que hago es para gloria del Señor, yo soy un instrumento que él utilizó para hacer su obra, pero nada de lo que me ha sucedido hubiera ocurrido si mi familia no hubiera tenido fe, hay que tener mucha fe, porque una vida sin Dios no es vida", añadió.
Para finalizar, Floribeth compartió sus sentimientos sobre el 27 de abril de 2014, cuando lleve ante el altar las reliquias del Papa polaco, durante la ceremonia de canonización: "el honor y la gloria siempre es un privilegio, me siento nerviosa, pero lo más importante es que la bandera de mi país, tan pequeñito, que el Señor vio con misericordia ondee también, es una bendición no sólo para Costa Rica, sino para el mundo entero, un llamado de atención del Señor que dice ‘véanme, yo estoy aquí, cuando los médicos dijeron no yo dije si’".
Etiquetas: México, Virgen de Guadalupe, Costa Rica, Milagro, Juan Pablo II, Beato Juan Pablo II, Canonización de Juan Pablo II
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