SANTIAGO, 02 Dic. 16 / 09:25 am (ACI).- Francisca Ugarte, miembro de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes, alertó que el proyecto de ley que “reconoce y da protección a la identidad de género” en Chile tiene graves errores y jamás debe contemplar a los menores de edad.
El proyecto describe la identidad de género como “la vivencia interna” de la persona que “puede corresponder o no con el sexo” biológico.
“Yo no estoy de acuerdo con la definición de la ley que dice que es un simple sentimiento. Está absolutamente fuera del contexto social, biológico, cultural (…) El ser humano no se puede separar, es un ser integral”, explicó Ugarte quien ha difundido diversas cartas públicas respecto al tema.
El proyecto chileno, al igual que otros en la región, tiene como base la ideología de género, una corriente que considera que el sexo no es algo biológico sino una construcción socio-cultural, algo que además se pretende imponer a través de la educación de niños y jóvenes en diversos países, y que el Papa Francisco ha condenado en varias ocasiones.
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El proyecto en Chile propone el cambio de nombre y sexo en el registro civil y en forma quirúrgica para los mayores de 18 años, algo que solo podrían hacer en forma registral los menores de edad.
La Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía de la Cámara Alta se encuentra realizando nuevas indicaciones para someterlo a votación el próximo 13 de diciembre en el Senado.
El documento describe que los niños desde los 0 hasta los 14 años, podrán solicitar el cambio de “sexo registral” ante un Juez de Tribunal de Familia, para lo cual podrán sustentarse en informes médicos y psicológicos.
Entre los 14 y 18 años un menor podrá solicitar el cambio de sexo en el Registro Civil. En ambos casos si los padres se oponen, el menor podrá recurrir ante un juez de un Tribunal de Familia quien nombrará un “defensor”.
Ugarte precisó que un recién nacido hasta los dos años “no tiene concepto de identidad sexual -proceso de reconocimiento como hombre o mujer- y no es capaz de comprenderlo por su grado de madurez”.
Lo “habitual es que desde los dos a seis años se produzca la primera etapa de identidad sexual” la que se termina de definirse alrededor de los 18 años. En este proceso, puede darse la llamada “disforia de género” que es la discordancia o malestar con su corporalidad o sexo biológico.
La endocrinóloga explicó a ACI Prensa que la disforia de género puede darse por factores culturales, familiares, de la pubertad o por un Trastorno de Desarrollo Sexual (TDS) que a su vez se da por alteraciones cromosómicas, hormonales o genéticas y provoca malformación de los genitales internos o externos o la incongruencia entre estos.
Cuando hay casos con TDS se hacen estudios cromosómicos, hormonales, genéticos y anatómicos durante la niñez “para saber si (el individuo) es hombre o mujer”.
En este periodo los padres no deben forzar, ni insistir en su identidad ya que puede “provocar un trastorno de la identidad por influir inadecuadamente en su sexo de crianza. Se altera su desarrollo normal que iba a revertirse espontáneamente” al avanzar los años, dijo Ugarte.
En “la pubertad, una etapa crucial de definición y maduración de la identidad sexual, un 80 y 90 por ciento de los niños que tienen disforia de género, finalmente adscriben a su sexo biológico y no tienen ningún conflicto”, afirmó Ugarte.
Sin embargo, en los casos restantes se debe realizar un acompañamiento profesional al menor y a la familia, y descartar patologías psiquiátricas a través de estudios.
En 25 años de trabajo, la doctora Ugarte ha atendido alrededor de 360 mil casos de la zona sur de Santiago de Chile. De ellos, solo dos se definieron como “transgénero”. “Son casos dramáticos, complejos y dolorosos para la persona y la familia”, dijo.
“Se está haciendo una ley que se prestará para grandes confusiones y errores: Un mayor de 18 años podrá hacerse un cambio y no está obligado a tratarse, ni estudiarse si es o no transgénero (…) La ley debiera obligar a descartar patologías endocrinológicas y psiquiátricas y jamás debiera permitir el cambio de género en menores de 18 años. Incluso la persona transgénero debiera estar en pleno conocimiento de lo que implica el cambio: los tratamientos hormonales, quirúrgicos y enfermedades”, insistió Ugarte.
También, la endocrinóloga manifestó que “los menores no tienen la capacidad, ni son competentes para tomar una decisión de esa magnitud. Los padres competentes, desde el punto de vista legal, deben apoyarse en aquellos expertos que le pueden dar esos conocimientos para decidir bien”.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de diciembre de 2016
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