Su primera JMJ fue la de Colonia, Alemania, en el año 2005, a la que fue cuando tenía 29 años y el Papa era Benedicto XVI. Desde entonces nunca dejó de asistir a este importante evento.
“En ese momento aprendí que mi Iglesia es grande y que este tipo de encuentros muestran al mundo la unidad eclesial y la fuerza de los jóvenes del mundo”, comenta a ACI Prensa.
“Es muy importante que la gente de todo el mundo pueda ver lo que sucede aquí”, afirma.
Aquilino también estuvo en Sidney, Australia, en 2008; y en Madrid, España, en 2011, ambas con Benedicto XVI, y luego en Río de Janeiro en Brasil con el Papa Francisco.
Ahora en Cracovia dice que lo que lo más importante para él es “la fe y el amor”, algo que se necesita mucho en todo el mundo y en su país, Panamá. También espera que cuando regresen allá lleven de regreso los frutos de esta JMJ.
“Espero que los más jóvenes de mi grupo puedan vivir esta experiencia y transmitan todo lo que han aprendido con sus compañeros y sus familias”, indicó,
La Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia es probablemente la última de Aquilino y él quiere pasar la posta a las generaciones más jóvenes en su parroquia.
A menos que Panamá sea la siguiente sede. “¿Estaré si la siguiente JMJ es en Panamá? Claro”, dijo.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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— ACI Prensa (@aciprensa) 30 de julio de 2016
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