Imagen referencial. Foto: JonClegg (CC-BY-2.0)
ROMA, 07 Jul. 14 / 06:19 am (ACI/EWTN Noticias ).- Maria Pia Campanella, escritora e integrante del Centro Santa María de Caná para divorciados católicos, explicó que dar la comunión a los divorciados en nueva unión ofrecería este mensaje a las parejas en crisis: “tiren la toalla y no luchen”.
En su intervención en el consistorio sobre la familia celebrado en febrero pasado en el Vaticano, el Cardenal Walter Kasper sugirió cambiar la norma y dar la comunión a los divorciados vueltos a casar. La Iglesia no ha cambiado su doctrina en este tema y solo se sabe que será uno de los temas de reflexión –entre decenas de otros- para el Sínodo de la Familia que se celebrará en octubre próximo.
“Estamos asombrados ante la posibilidad de que los divorciados que no son fieles al Sacramento puedan acceder al Sacramento de la Eucaristía. Si la Iglesia aprueba la comunión física para ellos, sería como empujar a las parejas en dificultad a divorciarse, a tirar la toalla y no luchar por el sacramento del matrimonio”, afirmó Campanella a ACI Prensa/EWTN Noticias desde Palermo (Italia).
Campanella forma parte del Centro Santa María de Caná, perteneciente a la Pastoral Familiar de la Diócesis de Palermo (Italia), que desde hace más de 10 años, desarrolla una pastoral dirigida a separados y divorciados que se mantienen en soledad por fidelidad al sacramento del matrimonio.
Además, es autora del libro “Il dono di sè” (El don de sí mismo), de ediciones Effatà, presentado en el año 2007 al Papa Benedicto XVI, por Mons. Salvatore Di Cristina, Arzobispo Emérito de emérito de Monreale (Italia).
El pasado domingo 29 de junio, los miembros del Centro Santa María de Caná, se reunieron para renovar comunitariamente el compromiso del Matrimonio. El rito se desarrolló dentro de una celebración Eucarística presidida por Mons. Di Cristina, quien acompaña este camino espiritual desde su creación, en 2003.
Esta pastoral propone cada año un recorrido por un ciclo de encuentros de oración para ampliar la formación sobre el ministerio de los esposos, para valorizar el matrimonio y profundizar el sentido de indisolubilidad en la situación de separación.
En estos encuentros se invita a participar a todas las personas que directa o indirectamente viven en el sufrimiento de la desunión familiar. Hijos, padres, hermanos, y todas las personas que desean sostener a las personas separadas en ser fieles, al “proyecto nupcial de Dios para la pareja”.
“Estos encuentros nos donan la paz, es un camino de serenidad, que te permite afrontar la relación con el cónyuge aunque no sea pacífica. Yo sigo rezando por mi cónyuge, porque nosotros somos los custodios de estas personas que están en coma espiritual, que es peor que sufrir cualquier enfermedad”, explica Campanella.
“Hay una idea en la sociedad que viene serpenteando… cuando algún sacerdote me habla de familias hermosas que provenían de otras heridas, a mí me parece una falta de caridad hacia nosotros los divorciados fieles al sacramento, porque es como decir que mi familia es fea, y mi familia sigue siendo igualmente digna, aunque esté herida”, concluyó.
Etiquetas: Familia, Matrimonio, Divorcio, Divorciados
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