SANTIAGO, 22 Dic. 16 / 10:03 pm (ACI).- Miles de personas en Uruguay, Argentina y Chile vivirán una Navidad distinta a la que se suele preparar con los amigos y la familia, en la Misa de Nochebuena, con una cena especial y con los regalos. Proponen cambiar eso y salir a la calle a compartir una comida muy sencilla y amor a indigentes y personas en soledad.
“Almuerzo de Navidad” es el nombre de la iniciativa desarrollada por la parroquia Santa Isabel de Hungría, en la diócesis de Canelones en Uruguay. Consiste en dar almuerzo el día de Navidad a alrededor de 50 hermanos sin techo, vecinos de la localidad de Salinas que viven en situación de pobreza y todo aquel que necesite, sin distinción de credo.
La actividad nació en 2015, inspirada en el trabajo de la comunidad San Egidio en Roma y que presenció el actual Vicario Pastoral de la diócesis de Canelones y párroco de la comunidad, P. Leonardo Rodríguez. De esta forma, el presbítero hizo la propuesta a un grupo de lectio divina que se animó rápidamente a realizar esta obra solidaria.
Cada feligrés invita personalmente a los participantes del almuerzo y se distribuyen las tareas como la decoración del salón, el menú que generalmente consiste en un pollo asado con ensalada rusa y helados.
“La Palabra de Dios es la fuente que le da sentido a la experiencia, nos interpela desde la vida en nuestros hermanos. Es una experiencia fabulosa, casi indescriptible, uno experimenta una alegría difícil de explicar, es alegría de las entrañas del corazón porque se celebra la vida de Jesús, en la vida de los hermanos, en el encuentro y la fiesta”, comentó el P. Rodríguez a ACI Prensa.
Asimismo, la parroquia realizó el “Pesebre entre Pesebres”, estaciones de contemplación, oración y compromiso que muestran objetos que representan las realidades actuales donde también “Jesús nace”: la cárcel, educación, enfermedad, familia, el trabajo, entre otros.
En Argentina
De otro lado, los habitantes de los barrios Villa Martelli, San Isidro, Lanus, Almafuerte, Gregorio Laferrere y Coronel Pringle en Buenos Aires, Argentina, también participan del tradicional Almuerzo de Navidad, actividad organizada desde 1996 por la comunidad San Egidio.
Más de cien voluntarios se organizan y preparan alrededor de dos mil almuerzos que son repartidos días antes de la Navidad en distintos lugares y realidades: gente en situación de calle, ancianos en geriátricos, habitantes de las periferias de las ciudades y presos de las cárceles.
Marco Gallo miembro de la comunidad San Egidio describió esta actividad como “Una experiencia de gracia, un regalo que el Señor nos dona. Estar con los pobres, es estar con Jesús que no fue acogido entre los suyos, que no tuvo lugar. La Navidad es recibir en el corazón a Jesús a través de los más pequeños y queridos por Él”.
“Los pobres son personas con rostro, historia, nombre y apellido y el encuentro diario con ellos nos permite descubrir que más que divisiones, ellos pueden ayudarnos a reencontrar la verdadera fraternidad”, expresó Gallo quien comenzó su servicio voluntario a los 16 años.
En Chile
En el país del sur, “Navidad en la Calle” es el gesto fraterno que se inició en los años 70 impulsado por jóvenes de la Pastoral Universitaria, que inspiró muchas de las iniciativas que hoy se desarrollan en el país y que con el tiempo se transformó en una actividad familiar.
Hasta el 2015 los voluntarios y sus familias compartían Nochebuena con la gente de calle, en las hospederías, hogares de ancianos, familias migrantes y fundaciones y llevan un pan de pascua (masa dulce con frutos secos).
Acompañan a las personas con su escucha y muestras de cariño, en una fecha que para los visitados provoca tristeza y nostalgia por las cosas materiales que perdieron o por los seres queridos que no están.
Este año, alrededor de 500 voluntarios vivirán Navidad en la Calle en Santiago la tarde del sábado 24 de diciembre.
Luego participarán en la Misa organizada por la Vicaría de la Educación de la Arquidiócesis de Santiago y volverán a sus hogares con la misión de compartir la experiencia vivida.
Gabriel Palominos comenzó su participación en 2012 luego de ser voluntario activo en la pastoral de su universidad. En Navidad en la Calle ha sido voluntario, coordinador y acompañante, roles en los que ha podido “profundizar y vivir la fe no sólo de palabras sino con obras; sentir y entender que el otro es mi hermano, poder compartir desde las diferencias y sentirnos una misma familia”.
A los ejemplos de Chile, Argentina y Uruguay se suma el trabajo misionero de miles de voluntarios de otros países, convencidos de que la mejor forma de celebrar la Navidad es tender la mesa para los pobres y llevar la esperanza del Niño Dios que renueva y da consuelo al corazón de todos los hombres.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 22 de diciembre de 2016
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