El Papa rinde homenaje en Bolivia al jesuita Luis Espinal
18.45. La Paz. Francisco ha rezado antes de entrar en la ciudad, en el lugar donde encontraron el cuerpo sin vida del sacerdote español, que fue torturado y asesinado hace 25 años
Madrid, 09 de julio de 2015 (ZENIT.org) Staff Reporter | 0 hits
Coincidiendo con su visita a Bolivia, en el desplazamiento desde el aeropuerto de El Alto hasta el arzobispado de La Paz, el papa Francisco se ha detenido unos minutos para orar en silencio y rezar un Padre Nuestro cerca del lugar donde fue encontrado, hace 25 años, el cadáver del jesuita español Luis Espinal, asesinado en Bolivia por su compromiso con la justicia y los derechos humanos. Con este gesto, el Santo Padre "nos invita a recordar la figura de Espinal y, especialmente, a recoger su legado de defensa de los más desfavorecidos", informa la Compañía de Jesús en un comunicado.
El Pontífice ha llegado al aeropuerto internacional de El Alto (La Paz) alrededor de las 17:15 horas locales, desde donde ha enviado un saludo al país acompañado por el presidente Evo Morales.
Antes de llegar a La Paz, la caravana ha realizado una parada a las 18:40 para que el Papa rece en el lugar donde encontraron el cuerpo sin vida del padre Espinal, y donde fue construido un monumento en su honor. Durante todo el día se realizarán actividades preparadas por la comunidad jesuita junto a otras organizaciones y artistas que se sumaron al homenaje.
Además, el mandatario boliviano ha otorgado a Francisco la Orden al Mérito "Padre Luis Espinal Camps", un reconocimiento creado por el congreso boliviano en las semanas previas a la llegada del Santo Padre. Es una de las pocas actividades del Pontífice en sus cuatro horas en La Paz, el resto de la agenda boliviana se realizará en Santa Cruz hasta el viernes.
Era el 21 de marzo de 1980 por la noche, en Bolivia, y el sacerdote catalán salía del cine. Unos desconocidos le obligaron a entrar en un jeep. Espinal fue torturado y asesinado.
El padre Luis Espinal había llegado a Bolivia en 1968, "cuando este país --y prácticamente en toda América Latina-- vivía una época de dictaduras, represión y violaciones de los Derechos Humanos", indica la Compañía.
Es también el año de la asamblea de los obispos de América Latina en Medellín, "en el momento en que sectores de la Iglesia fueron madurando un proceso de proximidad a los pobres y a sus luchas: la teología de la liberación", recuerdan en la nota.
Allí se convierte en Lucho, como le llaman en Bolivia, y ejerciendo su trabajo como periodista y crítico de cine, "trabaja al servicio del pueblo boliviano, denunciando la dramática situación que se está viviendo, la represión militar y las consecuencias del narcotráfico", subrayan los jesuitas. "Su voz --añaden-- se hizo incómoda para muchos". Y precisan que "tres días después de su martirio, en El Salvador, era asesinado también el arzobispo Oscar Romero".

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